Con voz propia
Ayotzinapa y los mineros de Coahuila: la Cosa Nostra Mexicana y sus «causas»

TRAS BAMBALINAS
Por Jorge Octavio Ochoa
A la luz de los 43 estudiantes ejecutados en Ayotzinapa y los 10 mineros enterrados en Coahuila, podemos columbrar los niveles de podredumbre y corrupción que ha alcanzado la clase política mexicana.
En ambos casos, permea el paso del tiempo a la luz de gobiernos de tres partidos políticos que, no sólo no tuvieron la capacidad de resolver la monstruosidad que se vive en amplias regiones de la república, sino que se sirvieron de los capos que las engendraron, para llegar ellos al poder ¡y protegerlos!
Para leer más del autor: Militarización, terrorismo y el uso politiquero de la desgracia
El presidente López Obrador quisiera ahogar, junto con los 10 mineros atrapados en Sabinas, que permanecen en el fondo de una mina, el escándalo que se esconde en Coahuila y el nivel de corrupción y complicidad entre gobiernos, autoridades, empresas y sindicatos, que se quedaron ciegos, sordos y mudos mientras se fraguó la desgracia.
Casi lo logra, porque este fin de semana desapareció de las primeras planas la desgracia de Coahuila y tomó su lugar la detención de Jesús Murillo Karam, en medio del proceso judicial más desaseado y turbio de los anales de la historia del poder en el mundo.
Ambos fenómenos se gestaron y nacieron bajo los gobiernos del PRI. Pero pervivieron con PRD y PAN. Ahora se han empoderado en Morena. Todos ellos se sirvieron de gente como Jongitud, Elba Esther, los Napitos, los Abarca o los Pineda Villa para alcanzar la presidencia de la república.
Esta clase política que nos gobierna debiera pedir perdón, de rodillas, a los mexicanos. Pero hoy sólo vemos soberbia y demagogia.
No te pierdas: ¡Menos días, presidente AMLO!
Caras y gestos
Hablar de los 43 de Ayotzinapa, es sumirse en una historia de componendas que se fraguó desde hace más de 20 años, en los que las comunidades se volvieron parte del problema. Es un juego de máscaras donde todos son culpables y unos cuantos los corruptores.
Data de mediados de los 40, en medio de la Segunda Guerra Mundial. La Montaña de Guerrero se volvió zona tolerada, donde se gestó un gran movimiento magisterial que, con la represión y el paso del tiempo, se corrompió, dejando una cauda de líderes que luego fueron consiglieris del Estado.
Las Normales Rurales se convirtieron en un hervidero ideológico que incomodó al poder establecido, con el PRI a la cabeza. Los reprimió y prácticamente desapareció mientras el crimen organizado continuó con sus tareas de producción de enervantes que sirvieron para enriquecer a alcaldes, gobernadores, funcionarios y secretarios de Estado.
No se pueden dejar de lado los nombres de José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, en esa celebérrima foto con el hoy presidente de México, para retomar el análisis de cómo creció el cultivo de amapola y mariguana en México. Gestos y rostros sonrientes e iluminados.
La gestión de @lopezobrador_ en #México 🇲🇽 continúa la misma lógica de sus antecesores.
Jorge Octavio Ochoa, en Tras Bambalinas, analiza más iniciativas para la militarización de la @GN_MEXICO_, reforma electoral y una estéril reforma de Educación. https://t.co/bcoYrT5NC6 pic.twitter.com/6PHSYP9kd8— Los Ángeles Press (@losangelespress) May 2, 2022
El entonces candidato ya tenía informes preocupantes de los nexos de esa pareja con bandas criminales del narcotráfico, en complicidad con ex gobernadores de Guerrero. Pero los dejó hacer y los dejó pasar. La zona de Filo de Caballos es conocida desde hace 30 años, como territorio controlado para el tráfico de drogas y armas de alto poder.
Varios dirigentes del PRD podrían documentar plenamente este dato, porque ellos mismos lo comentaron con López Obrador. Nada de lo que estamos viendo respecto a la desgracia minera en Coahuila y la matanza en Guerrero es nuevo.
Hoy ocurre la detención de Murillo Karam, porque López Obrador simple y sencillamente quiere distraer. También por eso se da la liberación de Rosario Robles. Pero ahí está la historia de Ayotzinapa y las normales rurales, como una lápida de realidad, que caerá sobre la cabeza del que hoy se siente líder impoluto de las masas.
¿Resolver las causas? ¡No sea hipócrita!
Esto es algo que va más allá de la pobreza y marginación. Todas estas mafias se gestaron y recrearon a la luz del poder, entre componendas de los tres principales partidos y rémoras como el PT y PVEM. Decir que se quiere resolver “las causas” luego de haber permitido el trabajo sucio, es algo más que hipocresía.
Las biografías de muchos líderes políticos en México son “casos tipo” que explican la descomposición actual. Más de 60 millones en la pobreza y al menos 30 millones en pobreza extrema, orillados a delinquir, a robar, a cerrar los ojos y a matar.
Ambos casos son la prueba extrema de lo que no quiso ver ni pudo resolver López Obrador. En ambos, están implicados pueblos enteros, que han vivido el miedo y la humillación. Y lo han tenido que aceptar precisamente por necesidad.
¿Resolver las causas? ¡Qué va! Si no puede resolver los excesos ni de su propia familia. Se necesita cara dura para pretender ser el salvador de la Patria, luego de convivir con toda esa podredumbre. Vaya hipócrita el que diga que está libre de culpas.
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No olvidemos a los mineros
Lentitud y omisiones criminales. Es lo que se desprende de la desgracia, otra vez, en Coahuila, por mucho que se quiera decir ahora que los medios “zopilotean” y medran con la desgracia.
Quizá, en lo único que concordamos, es que no se trata de un desastre de ahora. Data de varias generaciones y llega a nuestros días, con la misma opacidad y similar corrupción que con los de antes.
¿Qué tipo de coordinación existe entre la Secretaría del Trabajo, de Economía, de Energía y la Comisión Federal de Electricidad para que ninguna se haya dado cuenta del funcionamiento irregular de la mina donde murieron 10 personas, para obtener carbón que les compra la CFE?
¿Dónde están los lideres obreros, los empresarios del sector para protestar por las condiciones infrahumanas que persisten desde hace generaciones en esa actividad? ¿Qué autoridad moral se puede alegar cuando una secretaria de Estado argumenta no ser especialista en rescates?
Han pasado tres años de peroratas, de acusaciones sin sujeto. Sólo verbo y complemento, pero ningún resultado. “El pasado” sigue entronizado en la figura de Bartlett, Napoleón Gómez Urrutia, Armando Guadiana y por supuesto… Carlos Slim.
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Son 10 crímenes por omisión. No hubo revisión, inspección ni bitácora alguna que regulara las actividades de la mina. Sólo un negocio obscuro, por debajo de la tierra, donde los “machuchones” siguieron ganando fortunas y los trabajadores exponiendo sus vidas, como sus padres y abuelos, porque así es la tradición.
No han desmentido el dato: la CFE otorgó contratos por 70 millones de pesos a la empresa minera El Pinabete, que opera el pocito donde murieron los 10 mineros. ¿El gobierno del estado no conocía la situación? ¿El gobierno federal tampoco? ¿El municipio cobra derechos sobre el usufructo?
La Compañía Minera El Pinabete aparece como responsable de la operación desde hace 10 años. Al menos la CFE no ha desmentido tampoco esta información. ¿Cómo jerarquiza sus compras de carbón la paraestatal en Coahuila, de donde extrae el 99% del carbón que compra?
¿En serio no sabían que ese pozo operaba sin Manifestación de Impacto Ambiental (MIA)? Tampoco ha sido desmentida dicha información pese a que al menos 3 mil familias de la zona dependen directamente de esa actividad y otras 11 mil, de los empleos indirectos que genera. Quizá por eso: populismo.
Miente López Obrador. El problema no sólo son las concesiones. El problema es el manejo politiquero que le dio al tema. Hace ocho años, existía un Fondo Minero al que las empresas del sector pagaban el 7.5% de sus ganancias netas. Desde que inició su gobierno, AMLO desapareció ese fondo.
Este dinero supuestamente se utilizaba para mejoras en los municipios de las zonas mineras. ¿Cuáles son las mejoras?
Pero estamos en el México del “no pasa nada”, en el que, según el presidente López Obrador, los medios informativos “magnifican” los hechos y todo lo vuelven “amarillismo”.
Mientras nosotros “exageramos”, “Napito” vacaciona en Las Vegas y el hijo del presidente de la república se prepara para estudiar en el extranjero. No, pos vamos muy bien. La politiquería de la que tanto se queja, es la que está hundiendo literalmente al país.
Sólo en México pueden repetirse una y otra vez este tamaño de desgracias sin que la clase política sufra ninguna consecuencia. Deberían ser removidos, por igual, los titulares de las secretarías mencionadas y sus homólogos estatales y el de compras de la CFE.
También tienen mucho qué explicar las Secretarías de Defensa y Marina en el caso Ayotzinapa. La Defensa tenía a un infiltrado entre los estudiantes, al que nunca buscó ni trató de rescatar luego de ocurridos los hechos.
El jefe de sector de la Marina en la zona donde ocurrieron los hechos era el actual secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, que tampoco ha declarado al respecto.
Toda hermana a la clase política de ayer y hoy. En lo único que podemos coincidir es que ambos, Ayotzinapa y desgracia de mineros en Coahuila, son crímenes de Estado.
Con voz propia
La desinformación, la gran estafa de la opinión publicada

«Argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder»: analista
Por Alberto Vila
Cada vez se presta más atención al fenómeno de la desinformación qué opera como una gran manipulación de conductas políticas, sociales y económicas, de grandes colectivos sociales. El uso del falseamiento de informes, la proliferación de las mentiras intencionadas para favorecer a los intereses de los propietarios de los medios, son la expresión frecuente desinformativa. La desinformación sobre la guerra de Ucrania es un caso de censura informativa en el espacio OTAN.
Estas conclusiones sobre la desinformación partieron de los datos de un informe que la Universidad de Princeton publicó recientemente y que detectó que los adultos mayores tienen más probabilidades de compartir noticias falsas. En ese estudio los investigadores estadounidenses identificaron el aumento de usuarios hombres y mujeres de más de 65 años en Facebook y concluyeron que en esa red social los usuarios de mayor edad compartieron más del doble de artículos de noticias falsas que el grupo de edad más próximo, los de 45 a 65 años, y casi siete veces más que el grupo de edad más joven, de 18 a 29 años.
El efecto que tiene la información falsa sobre las empresas y la economía en general es enorme. Las audiencias tienden a ser receptivas a las noticias falsas. El control hegemónico de los grupos mediáticos facilita tal situación. Inclusive esos medios dicen actuar de fact-checking, de la información publicada. En cualquier caso, se verifica poco quién las fabrica y con qué motivos. Cómo combatir actualmente la desinformación, es la batalla que se libra en el mercado de los mensajes difundidos.
Sin razón aparente, el 29 de marzo de 2018, las acciones de Amazon bajaron un 5%, lo que equivale a la pérdida de 60.000 millones de dólares en valoración. Pero siempre existe un motivo para que una cotización baje tan repentinamente. Puede ser, simplemente, una percepción o una realidad, pero cuando hay un descenso de esta magnitud, significa que el mercado espera “algo”, y, en este caso, era una acción del Gobierno Federal Americano en contra de la compañía. El presidente Trump había usado su medio de comunicación preferido, Twitter, para quejarse de que Amazon no pagaba impuestos estatales ni locales, usaba el servicio de correos como su “chico de los recados”, causándole grandes pérdidas, y, además, era responsable de la quiebra de miles de comercios. Sin haberlo dicho explícitamente, el mercado de valores esperaba que la administración Trump actuara en contra de la empresa.
En Argentina, un grupo de investigadores, de Proyecto Desconfío y del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad (MESO), que trabaja para combatir el impacto de la desinformación en medios y redes sociales detectó que los adultos mayores de 60 años son los más afectados por las campañas de noticias falsas que circulan a través de WhatsApp. El consumo de mensajes engañosos y el desconocimiento de recursos para poder detectarlos motivó un estudio de campo con el fin de alertar sobre las consecuencias de la desinformación en esta población adulta y a aportar herramientas para poder combatirla.
En sus orígenes, la verificación de hechos era un proceso interno de los medios de comunicación que consistía en la revisión de los datos y los hechos de una noticia antes de su publicación. Los actores encargados de verificar eran los periodistas, que tenían que salir al exterior a buscar la noticia y tenían las herramientas y los conocimientos para identificar información falsa o engañosa. El paradigma cambia radicalmente con la llegada de internet. Este nuevo canal amplía el acceso a la información y permite al usuario generar y difundir sus propios contenidos, lo que abre las puertas a la infoxicación. El exceso de información y la llegada de múltiples canales por dónde difundirla, como son las redes sociales y la mensajería instantánea, entre otros, provoca una crisis de confianza hacia los periodistas, que redefine el ejercicio del fact-checking.
La infoxicación y los múltiples canales de difusión hacen que los periodistas no lleguen a todo. Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital. En 1994 nace en Estados Unidos Snopes, la primera plataforma de verificaciones en línea que aparece con el objetivo de validar y desmentir mitos, rumores y leyendas urbanas que circulaban por internet. La evolución de las falsedades en medios no ha hecho más que agravarse.
España es el escenario de imperios mediáticos que, a cualquier precio, sostienen el relato oficial de una monarquía directa heredera del franquismo. Para eso, argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder. Aquí, la tarea de los fact-checkers o verificadores es esencial en la era del exceso informativo y las redes sociales, pero para que la misión de acabar con la información falsa se cumpla, es necesario que cualquier ciudadano, alfabetizado digitalmente, sepa identificar este tipo de contenidos sin caer en falsedades o engaños.
***
El autor es economista y analista político, experto en comunicación institucional.
Este artículo se publicó originalmente en elobrero.es
Con voz propia
El Tren Maya, la ceguera de la ambición: Obispo Raúl Vera

Raúl Vera, fraile dominico y obispo emérito de Saltillo, reflexiona en este texto sobre su experiencia como jurado del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza que condenó la construcción del Tren Maya durante la sesión del 9 al 12 de marzo de 2023 y de cuya sentencia dimos cuenta en Los Ángeles Press, el 13 de marzo.
La ceguera de la ambición: El Tren Maya
La Iglesia nos presenta el capítulo 9 del Evangelio de San Juan para este cuarto Domingo de Cuaresma, cuyo tema es la curación de un ciego de nacimiento.
Cuando van pasando frente a ese ciego de nacimiento, los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿Quién pecó, éste o sus padres? Ello para saber por qué estaba ciego. A lo que Jesús les dijo que ni él ni sus padres, sino que es así para que se cumpla la obra de Dios.
“Jesús escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)». Él fue, se lavó, y volvió con vista (Jn.9,6-7). La gente preguntaba si era el ciego que se sentaba a pedir en la plaza, a lo que él respondía: «Soy yo». Y cuando le preguntaban qué había pasado, él explicaba lo que había sucedido, afirmando: «Jesús es un profeta». Por ello, porque él decía la verdad y porque los fariseos no querían reconocerlo, los fariseos lo expulsaron del lugar, quitándole con ello la protección y atención.
Quisiera reflexionar con ustedes este Evangelio junto a la experiencia que acabo de tener desde el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, celebrado del 9 al 12 de marzo pasado en algunos de los estados por donde atravesará el megaproyecto del llamado Tren Maya. Ahí tuvimos la oportunidad de escuchar testimonios de las personas que nos dijeron de manera contundente todos los daños que están haciendo a toda la naturaleza y cómo están dañando la vida de ellas y ellos, así como a la cultura maya. Ahí vimos la ceguera del gobierno federal.

El obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera y Mina Morsán, al visitar las áreas afectadas por la construcción del Tren Maya el 13 de marzo de 2023.
Vimos la ceguera de los encargados de construir este tren, los militares. Vimos la ceguera de quienes están alterando el sistema ecológico y la vida de nuestros hermanos maya. Eso es un ecocidio y un etnocidio y sólo lo pueden hacer personas que no ven, que no tienen la mirada para reconocer la riqueza cultural que el mundo maya tiene, ni el destrozo terrible de la selva, la destrucción de los cenotes, depósitos de agua dulce y casa para una gran cantidad de fauna de la región. ¿Cómo es posible que estén con los ojos cerrados? ¿Cómo es posible que sólo tengan una visión económica y de negocio? Hemos visto la ceguera de la ambición de parte de quienes están conduciendo la construcción de ese tren.
Les doy un abrazo,
Fr. Raúl Vera López, O.P.
Obispo Emérito de Saltillo
Lecturas del domingo 19 de marzo del 2023, Cuarto Domingo de Cuaresma:
1Sam.16,1b.6-7.10-13a;
Sal.22,1-3a.3b-4.5.6;
Ef.5,8-14;
Jn.9,1.6-9.13-17.34-38.
Con voz propia
México: Unidad perdida, agresión y difamación

TRAS BAMBALINAS
Por Jorge Octavio Ochoa
A menos de 48 horas de haberse conmemorado el día internacional de la mujer, el presidente de México arremetió verbalmente, el viernes 10 de marzo de 2023, contra la reportera Nayeli Roldán, de Animal Político.
La difamó. La señaló como parte de una prensa corrupta y rechazó la comparecencia del director del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez Zapata. “Es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada, al servicio de los corruptos”, le dijo.
Así, sin hacer distingos, en una más de sus generalizaciones, sumó a la reportera a ese grupo de la corrupción, ¿Por qué les vamos a hacer el caldo gordo a ustedes?, remató en ese episodio, que dejó patente un inconmensurable abuso de poder.
Sin embargo, los mexicanos, acostumbrados a normalizar la violencia, simplemente reprocharon lo sucedido, expresaron solidaridad, pero hasta el momento no hay un sólo intento por emprender una acción legal por ese suceso.
Por lo menos, exigir al mandatario una disculpa pública tras lo dicho a una periodista que, con una gran madurez y altura, solo dejó el expediente sobre el uso de Pegasus por el Ejército contra luchadores sociales y le agradeció el espacio.
Como ha ocurrido con otros abusos en estos últimos dos años, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha guardado un pesado silencio. Lo más triste es que no parece haber institución alguna que detone un procedimiento de censura por agresión verbal y difamación.
Lo ocurrido en Palacio Nacional el viernes 10 de marzo es un hecho gravísimo, nunca visto, que echa por tierra la afirmación presidencial de que el suyo ha sido el régimen más feminista de toda la historia de México.
El 8 de marzo, en México, fue el Día del Macho Alfa. Un pequeño grupo de mujeres, reunidas en Palacio, protegidas por enormes vallas de acero, mientras afuera, más de 100 mil mujeres se arremolinaban para pedir justicia, sororidad y respeto.
A un costado del Palacio, en la Suprema Corte, otra mujer protagonizó uno de los episodios más grotescos que se han visto. Disfrazada con toga, birrete y ametralladora de juguete, le mentó la madre a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández. Agresión de mujer a mujer. Ha cundido el mal ejemplo, las malas conductas. Los agravios e insultos aumentan. El presidente de la República debiera ser el más preocupado y comprometido en atacar este fenómeno. Pero, increíblemente, lo provoca, lo incita, lo alimenta y envía a sus huestes a agredir, incluso dentro de la Cámara de Diputados, a través de transgéneros que amedrentan mujeres.
No hay término legal que dimensione, en su real magnitud, lo ocurrido este 10 de marzo en Palacio Nacional. En medio de una crisis de feminicidios, el mandatario bañó de oprobio, infundios y descalificaciones sin pruebas a una reportera.
No, él no mató a nadie, pero sí a su proyecto de Nación. Un hombre así no merece respeto, mucho menos apoyo. Lo más triste es que la propia sociedad ha dejado pasar este incidente.
Para los medios nacionales como El Universal, Excelsior y La Jornada, ni siquiera mereció primera plana el sábado 11 de marzo. Otros, se fueron por la cabeza de que el nuevo régimen no espía, ahora es “inteligencia”.
Sí, periodísticamente eso es importante, pero jurídicamente esta agresión debe quedar plasmada, con posibilidades de sentar jurisprudencia, pues no sólo arremetió contra la prensa.

Nayeli Roldán. Fotografía publicada en su cronología de Twitter (@nayaroldan).
Él arremetió, desde la cúspide del poder, contra una mujer y ese es un acto doblemente cobarde. Hay un infundio, pues insultó y difamó sin pruebas. Eso jurídicamente se debe esclarecer.
Pero eso sí, ahora el presidente ha iniciado una campaña patriotera, para “defendernos de las acechanzas de Estados Unidos” que, según él, quieren intervenir militarmente a nuestro país.
Ahora sí quiere esa unidad a la que nunca ha convocado, porque llama “aspiracionista” y “fifís” a una clase media, “totalmente Palacio”, que únicamente quiere mejores niveles de vida y de disfrute.
El próximo 18 de marzo, de eso versará el discurso. Su concentración en el Zócalo de la gesta petrolera hablará del intervencionismo yanqui. Lloverán los insultos, pancartas. Renacerá el chauvinismo.
Está tentado a iniciar ese juego, pero antes tendrá que explicar varias cosas, como el arribo de “médicos” cubanos y militares venezolanos, aparejado con el anuncio de una reforma al artículo 33 de la Constitución.
¿Ahora ellos podrán, no sólo opinar, sino actuar libremente en el país? Mala apuesta, porque de igual manera los estadunidenses pretenderán inmiscuirse en nuestros asuntos electorales, así como AMLO lo hace ahora con los republicanos.
Se quiere empujar una penetración ideológica a través de dos proyectos fracasados. Los gobiernos de Cuba y Venezuela no son ejemplo de nada y lo más curioso es que todos los migrantes quieren irse, precisamente, a los Estados Unidos.
Por todo esto, llama la atención la convocatoria de una marcha de militares, este domingo 12 de marzo. Concurrida o desairada, el hecho concreto es que ya hay malestar también en ese sector.
Exigen respeto y posibilidad de defenderse del crimen organizado. Justo cuando hay cinco jóvenes acribillados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y cuando el nuevo gobernador de ese estado se ve señalado por complicidad.
En las redes sociales se dice que Américo Villarreal protege a una parte de los cárteles criminales y de ahí la increíble “disculpa” del Cártel del Golfo”, que entregó a cinco de los suyos, bajo la promesa de que “no volverá a ocurrir”.
¿Quién gobierna entonces? ¿Quién manda? Resulta sospechoso. Más aún porque en el caso de los estadounidenses secuestrados hubo una pronta acción, pero ahora el FBI revela que hay otros secuestros de los que no se ha dicho cosa alguna. Desde febrero pasado, tres mexicanas que viven en Estados Unidos, desaparecieron después de que cruzaron la frontera para vender ropa en un mercado de pulgas, según versiones dadas a conocer al otro lado del Bravo. En este caso no hay disculpa, ni información.
El fracaso es evidente. Por donde se le quiera ver, la lucha contra el narcotráfico no sólo tiene un saldo de 144 mil muertes violentas. Tiene al Estado mexicano contra la pared, profundamente penetrado.
En estos momentos, el presidente convoca a la unidad de los mexicanos para oponerse a las presiones de Estados Unidos, pero la respuesta es evidente: no sólo hay escepticismo; hay también un gran desprecio y polarización.
Las ofensas y la difamación que han salido de Palacio Nacional han sido muchas y escalonadas. A eso debemos añadir, auténticas campañas de propaganda, de desinformación, respecto a la verdadera intención para despedazar al Instituto Nacional Electoral.
El régimen de Morena gasta más en salarios para Servidores de la Nación, que en apoyos sociales a ciudadanos con becas y pensiones. Es evidente que el objetivo, es la compra de conciencias y votos.
La estructura con que los mueven, semeja más células de propaganda que la de una auténtica burocracia que cumple un trabajo de apoyo social. Invaden colonias y barrios para impulsar, también, propuestas como la revocación de mandato.
¿A eso llegaron los militares cubanos y venezolanos? Por ese patrioterismo exaltado ahora se enfrenta a sus propios demonios. ¿Qué impedirá que los gringos no traten de intervenir también? No hay rumbo, ni estrategia.
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