El Caso Wallace
Calderón, García Luna y la señora Wallace: oscura alianza que masacró a México
Muertos, desaparecidos, inocentes en prisión, sadismo, parte de la alianza Calderón García Luna e Isabel Miranda

Erick Machuca Yañez
Tras la caída del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna –el funcionario favorito del expresidente Felipe Calderón, pese a las críticas y sanguinolentos resultados–, la investigación penal de la Fiscalía General de la República que hoy pesa sobre la torturadora y falsa activista Isabel Miranda Torres, y que ningún medio de comunicación corporativo ha querido reportar, así como la exposición mediática del caso Israel Vallarta –después de que ignoraron su voz y la de su familia, por más de diez años– , y las revelaciones incriminatorias que nos dejó el juicio de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, se ha desmoronado cualquier atisbo de duda de que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa fue en realidad un narcogobierno.
No hay lugar a dudas, pues, que el Estado mexicano –en tiempos del ex panista– operó a favor del crimen organizado favoreciendo el despojo de los recursos nacionales y las políticas de exterminio. La fabricación de culpables y las ejecuciones extrajudiciales a inocentes sirvieron para encubrir a los verdaderos responsables que estaban entre los propios funcionarios, y que la “guerra contra el narcotráfico” fue en realidad una guerra entre cárteles, promovida con recursos públicos por la mano de García Luna.
En este oscuro periodo, se jugó con la vida de militares, marinos y policías que fueron sacrificados mientras ellos creían cumplir con su deber. Se burlaron de la vida y la libertad de miles de personas civiles, utilizados para fabricarles delitos o para que murieran en fuegos cruzados, a los que Calderón desdeñó como «daños colaterales», lo que hacía más verosímil la farsa de la guerra.
Si bien es una buena noticia y un faro de esperanza en medio de tanta oscuridad, el que el llamado «Súper Policía» esté enfrentando la justicia desde su detención el 10 de diciembre pasado, en Dallas (Texas, EEUU), no podemos irnos con la ola mediática y mucho menos debemos, ni podemos, cantar victoria.
Más allá de que pudieran agregarle más acusaciones posteriormente, los cargos que hoy enfrenta en Estados Unidos el también ex funcionario del CISEN en la administración de Vicente Fox son apenas una microscópica partícula de polvo si los comparamos con el lodazal y los océanos de sangre que arrastró a su paso el susodicho.
Aunque los cargos de traficar con cinco kilogramos de cocaína también llevaron a cadena perpetua a Joaquín Guzmán Loera, a García Luna habría que agregarle los más de 150 mil muertos, los 30 mil desaparecidos y los miles de culpables fabricados bajo tortura (aún en prisión) que dejó la ultraviolenta guerra entre cárteles y la simulación como praxis. Una simulación obscura, infernal e infame en la que participaron la mayor parte de las instituciones gubernamentales y medios de comunicación mexicanos e internacionales, muchos de los cuales hoy pretenden simplemente olvidar el papel que jugaron.

Genaro García Luna con María Elena Morera, activista fundadora de la organización Causa en Común, en la que labora José Antonio Polo, ex colaborador de García Luna. Foto: Especial.
La escalera de la complicidad
Similar a lo que ocurre luego de la detención de grandes criminales, la gran narrativa mediática pretende borrar su complicidad con todas esas estructuras que ayudaron al narcogobierno y permanecen inalteradas, entiéndase redes de empresarios, comunicadores, dueños de medios de comunicación, políticos, jueces, policías, militares, marinos, funcionarios judiciales y los personajes de la mal llamada sociedad civil: Isabel Miranda, María Elena Morera, Alejandro Martí, Eduardo Gallo, Javier Sicilia, entre muchos otros “activistas” emanados del Calderonato.
Hay que destacar que Genaro García Luna no podía haber llegado tan alto en la pirámide del crimen institucional de no haber sido por el apoyo de los expresidentes. En el caso de Carlos Salinas de Gortari, fue quien lo incorporó al CISEN sin que tuviera el perfil profesional ni la edad. Ernesto Zedillo, lo mantuvo todo ese tiempo, pagándole cursos de contrainteligencia en Israel y Estados Unidos. Vicente Fox Quezada fue quien le dio el visto bueno a Medina Mora para nombrarlo titular de la Agencia Federal de Investigaciones, además de Felipe Calderón Hinojosa que lo ascendió a secretario de Estado, y no lo removió en todo el sexenio, pese a las denuncias mediáticas y judiciales que desde entonces ya existían en su contra.
Tampoco hay que olvidar a los medios corporativos que le cumplían los caprichos a García Luna –como Televisa (que en 2011 recibió de la SSP, 118 millones de pesos por producir la serie El equipo; un fracaso en rating que inútilmente intentó limpiar la imagen del exsecretario y de la Policía Federal) o como el periódico Excélsior de Grupo Imagen, cuyo director editorial ya era Pascal Beltrán del Río, y acompañó a García Luna en un viaje a Estados Unidos, en 2012. De estas relaciones extraordinarias, habría que preguntarse cuántos recursos públicos fueron desviados a los medios y a los periodistas.
Parte del equipo de García Luna, también fueron los supuestos activistas de la sociedad civil. Cómo olvidar a María Elena Morera Mitre, quien guardó silencio respecto a la meteórica carrera de su hijo Juan Pablo Galindo Morera junto a García Luna, y lo llamó enfáticamente “amigo”, en el prólogo de un libro del exsecretario. O al empresario Alejandro Martí, a quien le facilitó recursos y culpables fabricados al igual que a Eduardo Gallo, para simular que los casos de sus hijos eran resueltos, aún más grave todavía en el caso de Gallo, a quien le permitió y le ayudó para que ejerciera su venganza personal a costa de la vida de seis personas, entre éstas un menor de cuatro años.
Y en esta escalera de complicidad, hoy más que nunca destaca la dueña de anuncios espectaculares Showcase Publicidad, María Isabel Miranda Torres, mejor conocida como «La Wallace» (aunque gusta también de manejar diferentes identidades como Isabel Torres Romero, Isabel Miranda de Wallace o Isabel Miranda Nieto), de cualquier manera, la «activista» consentida tanto del expresidente Calderón como del hoy procesado criminal Genaro García Luna.

Isabel Miranda de Wallace, con Genaro García Luna, a quien defiende o niega a conveniencia pese a la evidente cercanía entre ambos. Foto: Especial.
Las conexiones oscuras de Isabel Miranda
La interminable, espinosa y enmarañada espiral de mentiras, saqueos, violencia, impunidad, sangre, muerte, sadismo y dolor que ha padecido México desde que Felipe Calderón se puso la casaca militar, tampoco puede entenderse sin la participación de un narcofuncionario como Genaro García Luna, y los verdugos de la fabricación de culpables bajo la fachada de sociedad civi. Encabeza esta lista, el nombre de Isabel Miranda de Wallace, la misma que lleva en su historia personal las torturas y la fabricación del caso que le dio vida política a ella, el caso Wallace.
Tan solo un recorrido vertiginoso por el falso caso Wallace nos lleva a los vínculos con las mentiras del caso Martí, las agresiones contra Cassez Vallarta, las violaciones flagrantes contra Nino Colman, la insolente injerencia de Miranda en el terrible caso de Martín del Campo Dodd, del de Cynthia Cantú Muñoz, de Nestora Salgado, el arresto de Luis Miguel Ipiña Doña y de la abogada Ámbar Treviño Pérez, las ilegales detenciones de María Rosa Morales y Julieta Freyre (madre y hermana respectivamente de César Freyre, torturado e incriminado por el mismo caso Wallace), las amenazas y persecución contra familiares de Brenda Quevedo Cruz y Juana Hilda González Lomelí, las amenazas e intentos de secuestro sufridos por Guadalupe Lizárraga, así como la campaña sucia contra los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y sus familias, y el sabotaje contra las investigaciones del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), que contradecían la versión histórica del ex procurador Jesús Murillo Karam, amigo de Isabel Miranda. A la lista encabezada por Miranda, hay que agregarle la larga lista de hechos que evidencia la sistemática violación de derechos humanos y delitos de lesa humanidad como es la tortura, la detención ilegal y el encarcelamiento injusto, y que ha sido por la propia mano de Isabel Miranda con el poder que le dio García Luna.
Calderón, García Luna e Isabel Miranda conformaron una siniestra alianza que, como ácido, carcomió y derribó todas las instituciones del país que daban pie al ya de por sí maltrecho Estado de derecho. Llama la atención que, aún a estas alturas, la gran mayoría de los medios de comunicación mexicanos minimicen y prácticamente intenten que México olvide la íntima complicidad de Isabel Miranda de Wallace en la trama García Luna.
En estos días que el también ex funcionario del CISEN está al centro de la discusión pública, el nombre de Isabel Miranda de Wallace se menciona poco, a veces nada, como si su participación hubiera sido menor o inexistente en el caso Cassez Vallarta, Martí y en las políticas de seguridad de esa época oscura… ¿Ignorancia, complicidad, temor, amnesia o consigna del manejo informativo sobre la presidenta de la organización Alto al secuestro?
En pleno 2020, la certeza es que Isabel Miranda goza aún de impunidad pese a que la Fiscalía General de la República confirmó a este medio que Isabel Miranda está siendo investigada por la fabricación del secuestro y homicidio de su propio hijo, así por las agresiones a la periodista Guadalupe Lizárraga por exponer al presidente Andrés Manuel López Obrador, en más de cinco ocasiones, en las conferencias mañaneras desde marzo de 2019. Y ello, pese a los intentos de la Agencia de Noticias del Estado Notimex (dirigida por Sanjuana Martínez, cercana a Miranda), de los medios de comunicación tradicionales y de algunos youtuberos, de invisibilizar estas denuncias.
Tampoco se ha cumplido la promesa de Santiago Nieto, quien desde la Unidad de Inteligencia Financiera, aseguró que se investigaría a las ONGs cercanas a García Luna, como Alto al secuestro de Isabel Miranda de Wallace, entre otras.
¿Hasta dónde llegará la cínica impunidad de la alianza entre Felipe Calderón Hinojosa, Genaro García Luna e Isabel Miranda de Wallace? ¿Será García Luna el único que pague por todas las vidas que destruyeron en México? ¿Tendrán que ser las autoridades internacionales las que investiguen y actúen, lo que en México no ocurre? ¿O estarán ya dispuestas las autoridades mexicanas a enfrentar este tema?
El análisis de cada medio, y el tiempo, nos darán las respuestas. Por lo pronto, los medios independientes y la población en general no podemos ni debemos olvidar el papel de la despiadada, sanguinaria e impresentable «señora Wallace», en las acciones genocidas de Felipe Calderón y Genaro García Luna.
El Caso Wallace
José Luis Moya ejerce réplica sobre calumnias de Isabel Miranda lanzadas en El Heraldo de México

Fue testigo protegido en una corte de Chicago en favor de una de las víctimas de Isabel Miranda y presentó indicios de vida de Hugo Alberto Wallace en 2006
Por Guadalupe Lizárraga
José Luis Moya Moya, asesor de Transparencia y combate a la corrupción, ejerció su derecho de réplica en respuesta a las calumnias de la presidente de la asociación civil Alto al Secuestro, Isabel Miranda Torres, quien lo llamó “oportunista” y «extorsionador» en El Heraldo de México, diario que le negó el espacio. Moya fue uno de los testigos que interactuaron con su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda, en 2006, después de la fecha de la supueste muerte.
A través de un documento PDF de 46 páginas, José Luis Moya refirió que la supuesta nota de rescate que enviaron los presuntos plagiarios de su hijo fueron impresas tanto por las entonces Procuraduría General de la República (PGR) como por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). También afirmó que desde 2006, se conocía que el hijo de Isabel Miranda Torres no era descendiente de Enrique Wallace Díaz, y que desde entonces se informó al conductor de Grupo Imagen Ciro Gómez Leyva en su programa en vivo. Sin embargo, la respuesta de Isabel Miranda fue de calumnias y amenazas de cárcel después de acusarlo la primera vez de extorsión.
En abril de 2019, la periodista Guadalupe Lizárraga corroboró la versión de José Luis Moya sobre el padre biológico de Hugo Alberto Wallace, el doctor Carlos León Miranda, primo hermano de Isabel Miranda, a quien la periodista presentó en conferencia de prensa, acompañados por la senadora Nestora Salgado.
Moya fue testigo protegido en un juicio en Chicago de una de las víctimas de Isabel Miranda con el se decidiría su extradición a México. Aparte de su testimonio, allí presentó como pruebas copias de correos electrónicos de Hugo Alberto Wallace Miranda y mensajes de texto, así como registro de llamadas.
De la misma manera, recordó que peritos especializados le notificaron que la supuesta muerte de su hijo por los secuestradores no estaba sustentada científicamente, debido a que el sitio donde supuestamente se había cometido el crimen no tenía manchas de sangre que podían haberse encontrado con Luminol ni se hicieron las analíticas forenses para determinar si se había cortado en un diminuto baño un cuerpo con las dimensiones del hijo de Isabel Miranda, tal como lo afirmado ella.
Para José Luis Moya, no hay duda de que Isabel Miranda manipuló la información para fabricar el falso secuestro de su hijo con el apoyo de Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública federal (SSP) en el gobierno de Felipe Calderón y declarado recientemente culpable de narcotráfico en Estados Unidos.
Ante las pruebas que confirman el montaje del falso secuestro de su hijo, aseveró que él sigue pensando que está vivo, debido a que también se ha comprobado que de forma sistemática Isabel Miranda ha sido beneficiada por el gobierno de México, desde el periodo de Vicente Fox hasta la fecha.
El Caso Wallace
Isabel Miranda calumnia en medios a testigos que declararon sobre el falso secuestro de su hijo

Primero los acusa de extorsión en los medios y, después, con tráfico de influencias en el Ministerio Público, los mete a prisión
Por Guadalupe Lizárraga
Con una serie de calumnias reproducidas por El Heraldo de México, Isabel Miranda Torres hostiga de nuevo a uno de los varios testigos que han declarado sobre la falsedad del secuestro y homicidio de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda. Se trata de José Luis Moya Moya, investigador privado, que reveló llamadas y correos electrónicos de Hugo Alberto en 2006 con fecha posterior a su supuesta muerte.
Moya también emprendió una búsqueda de la supuesta víctima en 2006, al tratarse del amigo más cercano de su expareja sentimental Laura Domínguez, de quien Hugo Alberto era vecino y tenían estrecha convivencia. En la investigación llevada por Moya, dio a conocer las primeras contradicciones de los dichos de Isabel Miranda respecto al supuesto secuestro, así como las incongruencias que revelaban el falso homicidio contado a los medios por la misma madre.
José Luis Moya puso la denuncia en ese entonces en la procuraduría de la Ciudad de México y en la PGR, y su declaración dijo que Hugo Alberto estaba vivo:
“(…) que tengo información que consta que se encuentra con vida Hugo Alberto Wallace Miranda, y según declaración de la señora Isabel, dice que estoy interfiriendo y tengo documentación del secuestro, lo cual es falso, porque no he interferido en su investigación en ningún lado y solicito a esa representación social que acredite con pruebas la señora Wallace y sus testigos cómo he interferido en su investigación y contrariamente a sus falsas imputaciones de extorsión que hizo públicas en televisión y medios de prensa.
Omitió la señora Informar que antes de su denuncia ya nos habíamos presentado voluntariamente a las dos procuradurías y al programa radiofónico de Ciro Gómez Leyva, para ponernos públicamente a disposición de las autoridades competentes para coadyuvar en las indagatorias y tan es así que cuando recibí los primeros mensajes de Hugo Alberto, informe telefónicamente a ambas procuradurías, y personalmente a algunos funcionarios.
Al respecto, declaro que he recibido mensajes telefónicos vía TELCEL, supuestamente de Hugo Wallace, y pedí se confirme la posible autenticidad de los mismos, porque se le hicieron preguntas claves de información que solamente entre él y Laura Domínguez conocían, y es de hacer notar a esta representación social de la federación que antes de tener el contacto supuestamente con Hugo, recibimos información y documentación de un supuesto informante que también nos dijo que Hugo Wallace estaba vivo, y en el teléfono celular 5533337676, Hugo Wallace ha tenido múltiples conversaciones con Laura”.
Laura Domínguez fue una de las personas con las que tuvo comunicación telefónica Hugo Alberto, después de la fecha de su supuesta muerte, además de un encuentro con él en el aeropuerto, llevada por José Luis Moya en su auto. Sin embargo, tanto Domínguez como Moya inmediatamente fueron amenazados de muerte, y acusados falsamente de extorsión .
Incluso las amenazas de Miranda se repitieron cuando José Luis Moya y su excompañera hablaron con Ciro Gómez Leyva en su programa en vivo, para informarle que su hijo no estaba muerto como ella aseguraba.
Tampoco es la única víctima acusada falsamente por Isabel Miranda. De la misma manera calumnió la madre y a hermana de César Freyre Morales, quienes pasaron año y medio en prisión acusadas también de extorsión, para presionar a Freyre a que se declarara culpable del secuestro del supuesto secuestro de su hijo.
Otra de las falsas acusaciones de Miranda fue en contra de la abogada Ámbar Treviño Pérez, quien llevaba la defensa de César Freyre. Con tráfico de influencias, Miranda logró que le dieran prisión preventiva a Treviño con cargos de falsificación de documentos en mayo de 2010. El Juzgado Tercero de Distrito del Estado de Durango resolvió la exoneración de cargos y le dictó el auto de libertad bajo el Exhorto Número 67/2010 del Juez Decimoquinto de Procesos penales “por falta de elementos para procesar en favor a Ámbar Treviño por los antijurídicos de falsificación de documentos…”.
En la investigación periodística de Guadalupe Lizárraga, El falso caso Wallace y La vida impune. Biografía criminal de Isabel Miranda de Wallace, se evidencian los rastros de vida de Hugo Alberto Wallace, además de las pruebas de tortura, intentos de secuestro, encarcelamientos injustos, y amenazas contra los inculpados y sus familiares por parte de Isabel Miranda y de los agentes de la SIEDO.
El Caso Wallace
Periodista hace precisiones sobre víctimas del caso Wallace a Salvador Leyva, exfuncionario de Defensoría pública

Salvador Leyva Morelos Zaragoza, quien se desempeñó como secretario técnico de Combate a la Tortura Tratos Crueles e Inhumanos del Instituto Federal de Defensoría Pública, hizo pública su renuncia a la nueva titular de ese organismo Taissia Cruz Parcero. Sin embargo, en su referencia a las víctimas del caso Wallace, dice «sentir temor de que la defensa sea vulnerada».
En respuesta, la periodista Guadalupe Lizárraga, autora de El falso caso Wallace, en una carta abierta al exfuncionario público, especifica las situaciones de vulnerabilidad que ya presentaba la defensa de las víctimas durante la gestión de Salvador Leyva como responsable de combatir la tortura desde Defensoría pública.
Aquí la carta abierta
Ciudad de México, a 3 de febrero de 2023
Sr. Salvador Leyva Morelos Zaragoza
Exsecretario Técnico de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos del IFDP
En su renuncia al Instituto Federal de Defensoría Pública presentada con fecha del 2 de febrero de 2023, hago las siguientes precisiones con respecto a las víctimas de la fabricación del caso Wallace, por mi compromiso ético con éstas y por el derecho que México tiene a estar informado, sobre todo cuando ha sido objeto de manipulación mediática y corrupción judicial por casi cuatro sexenios promovida por ustedes mismos, los servidores públicos.
Siendo secretario técnico de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos, adscrito a la Dirección General del IFDP, usted ignoró a las víctimas de tortura relacionadas con este caso: César Freyre Morales, Jacobo Tagle Dobin, Jael Malagón Uscanga, George Khoury Layón, y al abogado defensor de Jacobo, Alejandro Garduño Real, quien sufrió atentados con armas de fuego, además de la tortura psicológica por las amenazas a su familia.
Bajo su gestión, se le negó a César Freyre Morales practicarle el protocolo de Estambul por parte de la institución con el argumento de que ya estaba sentenciado. Incluso el defensor público que lleva el caso de esta víctima dijo tener miedo a represalias por tomar iniciativas en la defensa. Mi trabajo como periodista de investigación llegó a generar la evidencia documental para gestionar ante el Mecanismo Nacional de Prevención de Tortura, adjunto a la CNDH, la aplicación del protocolo de Estambul a César Freyre, y el 1 de agosto de 2022, bajo la dirección del Dr. Emmanuel Santos Narváez, se le entregó el resultado positivo en tortura, siendo una de las víctimas con más eventos de estas violaciones de derechos humanos en las que participó directamente Isabel Miranda Torres, acompañada en 2015 por Renato Sales Heredia, excomisionado nacional de seguridad púbica, esposo de quien ahora es la titular del IFDP.
Usted, su director general y el defensor público de César Freyre ignoraron los resultados de ese protocolo de Estambul, sin darle el debido seguimiento.
Jael Malagón Uscanga, quien fue torturado dentro de la celda en mayo de 2010 y que el ataque le provocó el desprendimiento de la retina del único ojo que tiene, tampoco fue atendido por el IFDP como víctima de tortura en el tiempo de su gestión como secretario técnico, siendo la acusadora Isabel Miranda Torres la que participó directamente en la detención de Jael, a quien también se le ha negado realizar un protocolo de Estambul y aún se encuentra sin sentencia. La defensora pública que lleva el caso de Jael ha expresado a la familia “el pánico que le tiene a Isabel Miranda”, por lo que tampoco ha hecho una defensa correcta.
Jacobo Tagle, como usted bien sabe, con protocolos de Estambul positivos en tortura y sin sentencia, además de la acusación del falso secuestro de Hugo Alberto Wallace, fue acusado del homicidio de Eduardo Bracamontes Salazar, causa 80/2012, perpetrado en 2004. La confesión de Jacobo bajo tortura fue parte de las fabricaciones del exagente de la SIEDO Braulio Robles Zúñiga, con la complicidad de la jueza de la CDMX Hermelinda Silva Meléndez, para sentenciar culpables a George Khoury Layón y a César Freyre Morales.
George Khoury ha sido víctima de cuatro detenciones arbitrarias y tortura ordenadas por Eduardo Cuauhtémoc Margolis Sobol, y ha sido acusado reiteradamente en los medios por Isabel Miranda de ser el autor intelectual del supuesto secuestro de su hijo y de otros crímenes.
Sin embargo, George ha sido absuelto de cinco procesos, y solo tiene la causa mencionada por la corrupción del Juzgado Vigésimo Quinto Penal de la Ciudad de México. La tortura más reciente a George Khoury fue el 12 de junio de 2022, en el Cefereso #17 de Michoacán, y en su traslado arbitrario al Cefereso #12 de Guanajuato, cuatro días antes de su audiencia de preliberación por haber compurgado el 50 por ciento de la condena por el delito que no cometió. La misma acusadora, los mismos torturadores y la misma indiferencia de usted en estos casos en su responsabilidad de combatir la tortura, los tratos crueles e inhumanos en el sistema penitenciario.
Por último, el exdefensor público Alejandro Garduño Real fue despedido injustificadamente del IFDP, después de 20 años de trabajar en el Poder Judicial y de tomar la defensa de Jacobo Tagle en 2019, cuando presenté ante la FGR y al Senado de la República al padre biológico de Hugo Alberto Wallace, quien daba la prueba superveniente con la muestra de ADN, el acta de matrimonio con su prima Isabel Miranda y el de nacimiento de su hijo con sus apellidos. Tras una serie de amenazas y atentados, el abogado Alejandro Garduño fue obligado a pedir refugio político a Estados Unidos, debido a la falta de protección institucional y a las torturas psicológicas por las amenazas a su familia ignoradas bajo su gestión en la secretaría para combatir la tortura.
Por lo anterior, la realidad de las víctimas contradice sus palabras sobre el temor que dice sentir a que la defensa de éstas sea vulnerada, puesto que en su propia gestión -bajo la dirección de Netzaí Sandoval Ballesteros– ya lo era.
Usted mismo fue parte del tráfico de influencias promovido por Ricardo Raphael con Alejandro Gertz Manero, en la FGR, y con el expresidente de la SCJN Arturo Zaldívar. Usted mismo promovió la entrada ilegal de Ricardo Raphael al Cefereso #16, de Morelos, para entrevistar a una de las víctimas, usurpando la función de un servidor púbico y dando armas judiciales y mediáticas a Isabel Miranda Torres para sus ataques.
Desde el IFDP se manipuló la defensa de las víctimas, y se ignoraron mis denuncias por tortura y secuestro en grado tentativo contra Isabel Miranda Torres interpuestas en 2018 y ratificadas en 2019.
No señor Leyva, usted no dice la verdad a México, y es responsable de la defensa vulnerada de miles de víctimas de tortura que fueron ignoradas por su gestión, no solamente el de las ocho víctimas de Isabel Miranda Torres, no seis, por cierto, como usted dice, una imprecisión que demuestra su ignorancia o su manipulación.
Las víctimas y nuestro país merecen la verdad. No los subestime.
Atentamente
Guadalupe Lizárraga
Periodista independiente
Los Ángeles Press
Renuncia de Salvador Leyva a Defensoría Pública
Muy preocupantes cambios en la @defensoriaifdp 😡 https://t.co/reMiJmDwgn
— John M. Ackerman (@JohnMAckerman) February 3, 2023
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