Con voz propia
Policía Federal: corrupción, desorden y maltrato de los mandos
Los mandos de la Policía Federal en México destacan por corrupción, tráfico de influencias, nepotismo y acoso laboral, en un momento de profunda crisis de seguridad, denuncian policías operativos

Tomás Borges
“Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado: el tiempo.”
Napoleón Bonaparte
A días de que acabe uno de los gobiernos más impopulares de la historia reciente de México, tras el fiasco de la llamada transición, aquella burda simulación que orquestó Vicente Fox Quezada y sus dos sucesores, llega a su fin la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuyo mandato dejó muchos puntos sin resolver y que a modo de una telenovela, gobernó el destino de un país que atraviesa la mayor crisis de inseguridad de la época moderna, al grado de tener el honroso segundo lugar de desapariciones forzadas, precedido por Siria.
La presidencia de Enrique Peña, señalada por algunos periodistas como una “Telecracia”, llega a su fin en un país que cada sexenio ve rotas las promesas de campaña y bajo el mentado mantra “de que la historia me lo demande”, los mandatarios mexicanos, hacen y deshacen a su antojo.
La nación del ya merito y que en algún momento de su historia fue líder a nivel latinoamericano y con un status diplomático a nivel internacional, donde los postulados de la “Doctrina Juárez”, Doctrina Carranza y Doctrina Estrada, que moldearon el quehacer político de una nación boyante con una gran estatura internacional, hoy es un enano y palidece de un cáncer que, utilizando la teoría organicista, está matando a un ser llamado México.
El cáncer en comento es la seguridad, el cual fue acelerado por una guerra absurda y mal planeada, tal como lo manifesté en El arte de la guerra para narcos (Planeta, Temas de Hoy 2013).
Peña Nieto prometió (y falló) en su promesa de recuperar “la seguridad, la justicia y paz”, pero en su último informe a la nación, señaló que “el gobierno de la república disminuyó las capacidades y dimensiones de esas organizaciones, con eso se logró importantes reducciones en el índice de violencia”. Añadiendo; «Estamos conscientes de que no alcanzamos el objetivo de alcanzar la paz y la seguridad para los mexicanos, para hacer realidad este anhélalo requerirá de un esfuerzo por lago tiempo».
Con esas palabras tan lacónicas, el mandatario saliente nos advierte de que la tarea de tener seguridad requerirá de un esfuerzo, pero como verá querido lector, una de las ´pareas torales para tal encomienda, la POLICIA FEDERA (PF), adolece de un cáncer que está enquistado en todos los aparatos del gobierno, y ese cáncer que llegó a la metástasis es la corrupción, tal como señaló el presidente entrante.
Policía Federal…o la cueva de Alí Baba
Gran parte del fracaso del Peñismo en materia de seguridad y que en campaña supo aglutinar para alcanzar la Presidencia de la República, tras fracasos sonados como el Caso Polet y las agresiones en San Martín Atenco, fue a que tras no poder crear su gendarmería como estaba previsto, creo una división con ese nombre, la cual desde su inicio ha sido un fiasco, por poner mandos ineptos y a que los gendarmes no han tenido la capacidad para resolver la encomienda que le asignaron, pese a presumir sus mandos y algunos elementos cursos en el extranjero (hasta en China), sólo para realizar funciones similares a las Fuerzas Federales de Apoyo, quienes son vistos como lo más bajo en la institución.
Las fuerzas federales, creadas por Wilfrido Robledo, en ese entonces contralmirante, con personal proveniente de las fuerzas armadas, quienes tuvieron su bautismo de fuego y mediático en el 2000, cuando liberaron a la máxima casa de estudios de un grupo que llevaba más de un año parada las actividades de dicho centro de estudios.
Pese a las críticas en ese entonces, el operativo fue quirúrgico y se logró restablecer el orden en una de las universidades más emblemáticas de Latinoamérica, pero como en México, cada sexenio reinventa el país y lo que se hizo en su momento es denostado por los sucesores, las Fuerzas Federales dejaron de cumplir sus funciones y se les dio un trato vejatorio que existe hasta hoy a la fecha, gracias a que los mandos en turno, han hecho de cada una de sus divisiones, sus cotos de poder, utilizando los recursos humanos y financieros como de su propiedad, tal como lo hizo el denostado Genaro García Luna.
Para muestra, el caso del subinspector Salvador Olascoaga, quien cada vez que un elemento de la escala básica solicita un permiso, amenaza al elemento con darlo de baja, bajo el añejo argumento de “primero está el interés institucional, sobre el interés personal”, sin que sepan estos sujetos llamados mandos (jefes) y cobran como tal, gracias al sacrificio de los de abajo.
En una carta abierta dirigida al Alfonso Durazo Montaño, futuro encargado de la seguridad del país bajo la égida de López Obrador, los que suscriben, denuncian abuso y acoso laboral por partes de mandos coludidos con el crimen organizado, quienes desde CONTEL (Centro de Mando de Iztapalapa, al oriente de la Ciudad de México) y Constituyentes (al Poniente), mandos prepotentes e incompetentes, han ejercido sus reales a base de dominio e intimidación.
En la misiva en comento, denuncian a los mandos José Hernández Gabiña, Gustavo Reyes Domínguez y al Suboficial José Idelfonso Rojas, quienes temen firmar las puestas a disposición, haciendo que el personal que estuvo en el operativo hasta más de 24 horas, tenga que hacer una puesta a disposición en su mayoría mal hecha, con los resultados por todos conocidos.
En la denuncia se menciona que Santiago Yáñez González, fue quitado de ser escribiente por vender información sobre los operativos, además de acusar a la Subinspectora María Esther Alvarado quienes en todo momento humillan y vejan al personal a su cargo, impidiendo en todo momento cualquier brote de inconformidad y critica.
También los elementos del 21 Agrupamiento de Apoyo a Operativos Conjuntos de la Coordinación de Reacción Inmediata de las fuerzas federales (el patito feo de la PF) manifestaron a este medio, vía mail “estar hasta la madre”, en virtud de “que no acaban los abusos por parte de los comandantes de agrupamiento y de compañía hacia el personal”, específicamente en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde los 5 descansos obligatorios ordenados por la superioridad, tras haber laborado 25 días ininterrumpidos, les son condicionados al personal por el Suboficial José de Jesús Sánchez Morgan, quien condiciona los descansos a que tienen derecho el personal, sólo a aquellos que hayan realizado puestas a disposición.
El exigir puestas a disposición sin ton ni son, sólo acarrea que los elementos se dediquen a molestar a la ciudadanía con tal de complacer los números de tan flamante mando, quien en caso de exigir el elemento el merecido descanso, es amenazado con el despido.
Aunado a lo anterior, las condiciones donde se encuentran los elementos asignados a las fuerzas federales (Fuercitas como se les dice despectivamente), han hecho que sea el área de castigo para personal non grato de otras divisiones, por lo que se ha convertido esta área operativa en el vertedero de basura de la institución.
Contrario a la gendarmería, considerada como los niños mimados de la institución, quienes en realidad hacen las mismas funciones que las fuerzas federales, éstos últimos viven en barracas construidas con tabla roca, como en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde la temperatura alcanza hasta los 40 grados centígrados en verano, mientras el mando, pernocta en un hotel con todas las comodidades dignas de su grado y cargo.
Pese a que el hotel para el mando y sus escoltas los paga el gobierno del Estado, el personal operativo no tiene derecho a pernoctar en las habitaciones, ya que, de acuerdo con el mando, “los cuartos son para el mando y no para los gatos”.
A través de un audio, una persona que solicita el anonimato por obvias razones denuncia que en el 7 y 8 Agrupamiento de la Coordinación de Restablecimiento del Orden Público (CROP) hay muchos aviadores, denunciando al Comandante Mendoza, quien utilizó el año de Hidalgo para quedarse con el dinero.
Con respecto a la operatividad (10 mil pesos al mes como estímulo a cada elemento desplegado) éste sujeto ya se quedó con el dinero, sin que hasta el momento de escribir la presente nota (6 de septiembre) no han recibido su dinero, cantidad que no es nada irrisoria si tomamos en cuenta que son un aproximado de 14 mil elementos, haciendo mención que la operatividad sólo la cobra la División de las Fuerzas Federales.
Por otra parte, Diana Peña Galindo Directora General de Recursos Humanos de la Policía Federal, está acomodando a su gente y a sus aviadores, tal como informaron a este medio, personal conocedor de las corruptelas al interior de la institución.
Tal es el caso de Luis Jiménez Cortez quien le llegó su cambio a la CROP y no fue cambiado por ser gente allegada de Dinorah Carrasco, Directora del Enlace Administrativo de la División, pues junto con Ricardo Barajas, jefe de rotación de personal, cobran hasta 20 mil pesos por cambiar a un elemento al lugar de su preferencia.
“La corrupción está tan arraigada en la institución, que se cobra por todo y si no pagas, simplemente no sales y no te asignan agrupamiento, para que estés prácticamente sin hacer nada y ser presa del acoso y hostigamiento del personal allegado a Peña Galindo, hasta que desertas”, nos dice una fuente consultada.
Los descansos los cobran los mandos como Ricardo Barajas, quien pide a cada elemento la cantidad de 200 pesos por cada día que quiera faltar, sin que medie un documento oficial para tal efecto, habiendo casos como el del Policía Tercero, Luis “N” quien, pese a que pagó una semana por adelantado, se le dio de baja por faltas injustificadas.
Este sujeto, de apellido Barajas, cada semana mandaba una unidad por barbacoa al estado de Hidalgo, utilizando para ello los recursos materiales y humanos, sólo para cumplir el capricho gastronómico de este semi dios, como le gustaba hacerse llamar entre la tropa.
Para cumplir su antojo por la barbacoa hidalguense, éste sujeto dispone del Suboficial Juan José Rivera adscrito al servicio de la SEGOB en la calle de Lucerna de la Ciudad de México.
Los inconformes también señalan al Comandante de agrupamiento de apellido Mendoza, quien además de pedir cuota a cada elemento por estar comisionado, metió a su hija con una plaza PF 10 (Dirección de área) sin hacer nada, siendo la gota que derramó el vaso, la detención de unos elementos en Cocacalco, Estado de México, que se dedicaban al secuestro y le pasaban su cuota o moche al comandante referido, quienes al momento de su detención se identificaron como José D” de 30 años, “Ricardo M” de la misma edad y “Gabriel M” de 24 años, mismos que fueron detenidos en pleno intento de robar un comercio y por secuestrar a una persona.
De acuerdo a medios locales, los presuntos secuestradores portaban, chamarras e insignias de la Policía Federal y dijeron pertenecer a dicha corporación. Se les decomisó automóvil Jetta color gris plata con placas de circulación MYF-9198 y un arma de fuego calibre 25 mm con un cargador y 6 cartuchos útiles.
Como sucede en estos casos, ahora todos los mandos se ostentan como conocidos e incluso amigos del presidente López Obrador, quien de la mano de la llamada “Hermandad policiaca”, llevará los destinos de la seguridad de la nación.
La operatividad que consta de 10 mil pesos mensuales para el personal desplegado, se la otorga a sus 15 escoltas y al personal que él considera pertinente sin siquiera dejar las instalaciones de CONTEL, sin contar con el cobro de 200 pesos que hace por solicitar el cambio de uniformes.
ASUNTOS INTERNOS
La unidad encargada de investigar y sancionar los malos actos de los mandos es la Coordinación de Asuntos Internos, la cual está infestada por gente proveniente del Sistema de Administración Tributaria (SAT y del Instituto Nacional Electoral (INE), lo que es lo mismo, puro tecnócrata o Godínez, quienes se encargan de sancionar y de velar por los intereses de los elementos que integran la institución.
Asuntos Internos son quienes ostentan los mejores salarios y prestaciones, sin importar grados y sin siquiera tener el conocimiento básico de uso y manejo de un arma de fuego. De acuerdo a las fuentes consultadas, para un mejor desempeño, se crearon 4 sedes, las cuales, a decir de los entrevistados, son una “farsa”; debido a “que no tienen ninguna función real” y fueron creadas para darle cobijo a gente allegada a la titular María Luisa Saucedo, quien, por ser de Tabasco, dice que es recomendada del “Hombre López Obrador”.
Las sedes en cuestión no operan más que en el papel, ya que las funciones propias de Asuntos Internos son realizadas en la Ciudad de México, pero la gente desplegada no tiene una sede en el buen sentido de la palabra, sino que tiene que mendigar un lugar en los destacamentos de la Policía Federal para realizar sus tan pomposas labores.
Las sedes creadas para una mejor labor en la defensa de las labores policiales y la sanción a malos mandos y viejas prácticas están en Hermosillo, Sonora, Matehuala, SLP, Aguascalientes y Chetumal, Quintana Roo, donde el personal de Asuntos Internos realiza sus labores sin ningún tipo de apoyo por parte de la coordinación.
«Estamos conscientes de que no alcanzamos el objetivo de alcanzar la paz y la seguridad para los mexicanos, para hacer realidad este proyecto anhelado requerirá de un esfuerzo por lago tiempo», tal como dijo EPN a los mexicanos, pero con una corporación lacerada por la corrupción, donde la amnistía ofrecida por el mandatario entrante da pie a la impunidad, no esperemos que la seguridad sea una realidad, sino una quimera y sin duda, un buen discurso de campaña para las próximas elecciones. Como dijo François de la Rochefoucauld; “Muchas veces se hace el bien para poder hacer impunemente el mal.”
Con voz propia
En el Zócalo de Ciudad de México, las falanges ‘marxistas’

TRAS BAMBALINAS
Por Jorge Octavio Ochoa
En una pugna simbólica y mediática, partidarios y adversarios se trenzaron este fin de semana en una inútil lucha de cifras. Unos y otros aseguran haber conjuntado en la Ciudad de México, más de medio millón de personas el 26 de febrero y el 18 de marzo.
Al margen de quién tenga la razón, lo único inobjetable e irrebatible, es que el país está profundamente dividido. Lejos de la reconciliación, esas masas ahí aglutinadas, lo único que reflejan es un futuro aciago para los mexicanos.
Parecen gloriosos ambos mítines: la sociedad politizada acude sin temor. Pero el futuro es opaco y sumamente preocupante por el tufo autoritario. “Está asegurada la continuidad”, frase central de un discurso retórico y sin sustento. Además del dedazo, vendrá la imposición del proyecto.
Sea cual sea la corcholata ganadora en el 2024, ésta obedecerá las órdenes que vengan desde Tabasco, apalancadas por el apoyo inefable del Ejército.
La inversión populista de recursos continuará, aunque no tenga reservas. Se irá a barriles sin fondo, que no devolverán ganancia alguna. La imposición de una nueva clase política más voraz está en camino. Por eso llamó a sus fanáticos a votar “por todo”, para tener mayorías absolutas, incontestables.
La pobreza crece, junto con la violencia. No hay orden legal y nuestras juventudes se asesinan entre sí, porque sí, porque la SEP está más preocupada en ideologizar.
La división es manifiesta, evidente. A unas horas de la “Gran Fiesta Patriótica”, la familia Cárdenas marcó su distancia con Andrés Manuel López Obrador.
Lo mismo hicieron, desde hace dos años, los familiares de Emiliano Zapata. El presidente los traicionó y permitió la construcción de una presa con la que no estaban de acuerdo. La ausencia de los Cárdenas y de los Zapata es el gran vacío, que pega en la columna vertebral de un cuerpo sin moral, como el de la 4T.
Ése es el panorama con el que entra al último año de gobierno López Obrador, perseguido por fantasmas del pasado que hoy reviven. Conasupo es hoy Segalmex, con un mismo sujeto: Ignacio Ovalle, al que hoy defiende el primer mandatario, así como protegió a un presunto violador como Félix Salgado Macedonio, o como resguarda a una delincuente, Delfina Gómez.
La muerte de más de 700 mil mexicanos, muchos de ellos por una pandemia que fue mal enfrentada, según los especialistas, será otro de los espectros que lo seguirán hasta Macuspana.
Tarde o temprano el país reconocerá como verdad el informe sobre los privilegios que tuvo la familia presidencial durante la mortandad. Para ellos, sí, Remdesivir.
Es la tormenta perfecta, que se puede convertir en maremoto, si se descontrola el sistema financiero internacional, quiebran bancos y esas masas confrontadas no encuentran una guía pacífica.
Las buenas intenciones y el apoyo a los pobres podrían convertirse en una pesadilla descomunal. Más aún cuando están bañadas de populismo. No hay dinero que alcance y el Banco del Bienestar está bajo sospecha como lavadero de dinero.
El sábado 18 de marzo vimos, entre otras cosas, el despliegue de algunos de los más de 23 mil Servidores de la Nación que engrosan la nómina de la Secretaría de Bienestar. Claro, la mayoría convencidos de su participación, ¡Nada más eso faltaba! Todos ellos significan un presupuesto superior a los tres mil millones de pesos al año. Por eso acudieron gustosos a arremolinarse ahí.
¿Servidores o siervos?
Los cuadros de estos servidores se componen de:
- 18 mil 894 enlaces, desplegados en todo el país, con un sueldo de 8 mil 482 pesos mensuales.
- 3 mil 736 trabajadores administrativos.
- 252 directores regionales, que reciben 50 mil 158 pesos mensuales.
- 32 delegados estatales o “superdelegados”. Ganan 87 mil 998 pesos al mes.
Hasta hace poco, el jefe de todos ellos era Gabriel García Hernández, coordinador Nacional de Programas Integrales de Desarrollo. Cercano al presidente AMLO, desde 2006.
Durante la elección de 2018, García Hernández fue responsable de desplegar una estructura partidista a favor de López Obrador; afiliar militantes a Morena y supervisar las asambleas municipales.
Es bajo esta descomunal estructura, que se expande la bonhomía del presidente de la República, convertido en moderno Robin Hood, que le quita el dinero a los ricos y clases medias para dárselo a los pobres, aunque algunos hayan muerto.
Por ello es por lo que resulta muy sospechoso el presunto robo de 136 millones de pesos a los Bancos del Bienestar hace unos días, cuando todavía no tiene ni estructura de verdadera institución financiera.
Es en medio de esas incongruencias, que ocurre esta nueva concentración. Lázaro Cárdenas Batel presentó su renunció el 17 de marzo, poco después de la confrontación de López Obrador con el ingeniero, su padre. AMLO decidió darla a conocer un día antes de la expropiación petrolera, para dañar lo menos posible “su fiesta”.
Fue una doble afrenta, pero ni todas las marchas o mítines del mundo podrán borrar el agravio al hijo del general, el Tata Cárdenas, al que también adoraba el pueblo hace 85 años.
No, no hay comparación alguna entre aquella gesta y lo que ocurre ahora. En aquel episodio histórico, la gente más humilde llevó al Zócalo sus pertenencias, sus animalitos, para ayudar con el pago de la deuda al vecino país. El pasado sábado 18 de marzo, hasta con 200 pesitos acarrearon a la gente. Otros, tenían que asistir, para no perder el trabajo.
Pero también hay los Solovinos, como les dijo una vez López Obrador, que fueron con toda la convicción y el corazón. Ojalá no los traicione también.
Lo peor fue el performance que algunos seguidores de AMLO escenificaron: la quema de un monigote que alude a la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte. Como si no viviéramos en un país donde frecuentemente se lincha a víctimas inocentes, el discurso presidencial alienta este tipo de manifestaciones.
En un país tan dividido, impulsar el odio hará más peligroso el año próximo. Más aún ante las asechanzas de los vecinos del norte. Este domingo, mandaron una misión diplomática, compuesta de legisladores y encabezada por el embajador Ken Salazar, para aclarar algunas paradas, no sólo sobre el narco.
Se supo, que México ha concesionado a Estados Unidos la terminal marítima de Punta Venado, en Quintana Roo, hasta el 2037. ¿En qué régimen se otorgó? ¿Por qué no lo sabíamos?
Sin embargo, nos enteramos el domingo que dichas instalaciones fueron requisadas por la Marina y la policía estatal, lo que desató el enojo del gobierno y Congreso de aquel país.
De esto, López Obrador no nos dijo nada ayer en su maratónico discurso de una hora. De hecho, frenó toda alusión antiyanqui. Evitó desatar el patrioterismo, para no enemistarse más con los gringos. Pero ahora tiene que explicar ¿Cómo pedirá la unidad de los mexicanos, incluso de aquellos a los que nos ha insultado por participar en manifestaciones que él no organiza?
Con voz propia
Las cadenas de oración como política pública en Perú

Religión y vida pública
Uno de los efectos, inevitables pero posiblemente inesperados de las crisis, es que revelan los aspectos más sórdidos, más contradictorios, del comportamiento de las personas, los grupos e incluso de las instituciones públicas. En ese sentido, la profunda crisis política en Perú no ha sido especialmente distinta de las que ocurren en la actualidad en otros países de América Latina. La diferencia, si la hay, es que en Perú la crisis política se ha conjugado con otras crisis igualmente graves. Como en el resto de América Latina, están los efectos de la pandemia de coronavirus que hizo estragos en los sistemas de salud de la región, afectados cada uno por cualquier cantidad de insuficiencias y fallas en el diseño y en la operación de las instituciones de salud, así como por la corrupción.
Incluso se podría agregar en el caso de Perú, Argentina, México y Chile, el componente de la violencia generada a veces por grupos de narcotraficantes y a veces por otras organizaciones criminales. En Argentina, por ejemplo, ha sido especialmente grave el ataque en Rosario al Supermercado Único, propiedad de la familia de Antonella Rocuzzo, la esposa de Lionel Messi, el astro de la recientemente coronada selección nacional de futbol de ese país, fue objeto de ataques muy violentos que sacudieron a la opinión pública argentina. La situación es tan grave que el gobierno federal, al estilo de las autoridades mexicanas y colombianas, anunció que el Ejército participaría en los operativos de seguridad, lo que ha provocado amargos intercambios entre los actores políticos de aquel país. Sin embargo, en Perú se ha agregado un cuarto elemento a la crisis: las brutales inundaciones que han devastado, como siempre es el caso, las zonas más pobres de las regiones afectadas por esos fenómenos.

La ribera del río Chillón en Lima, 16 de marzo de 2023
Fue notable que, ante la realidad creada por ese cuarto elemento de crisis, el recién electo alcalde de Lima, la capital de Perú, Rafael López Aliaga, hiciera una serie de declaraciones en las que, además de culpar a todos los gobiernos previos por la magnitud de la crisis de inundaciones en la capital peruana, también aseguró que, además de no dormir, había cumplido con sus responsabilidades como alcalde de la capital más antigua de América del Sur, al promover y participar de una serie de “cadenas de oración” cuyo objetivo—según López Aliaga—era el de que las lluvias se movieran fuera de la zona metropolitana de Lima.
Una de las cosas más notables de esa declaración de López Aliaga es la manera en que su equipo de comunicación en la capital peruana usó una combinación de medios tradicionales y de mensajes en redes sociales para hacer de las “cadenas de oración” un elemento clave de su respuesta a las violentas, en más de un sentido, devastadoras inundaciones. Acá se puede ver la manera en que algunos de los medios peruanos, Radio Exitosa en este caso, informó que López Aliaga aprovechó una reunión con miembros del congreso y luego con funcionarios del gobierno nacional peruano, incluida la presidenta Dina Boluarte, para anunciar su “cadena de oración”. Horas después, cuando el huracán Yaku finalmente cayó sobre Lima y su zona metropolitana, con los efectos que ya todos conocemos, la reacción de López Aliaga fue la de atribuirse el curso que siguió ese fenómeno natural como un resultado de la “cadena de oración” que había promovido.
Es claro que cuando tenemos problemas no está de más invocar la ayuda de Dios o lo que sea en lo que cada persona cree. Es claro, además, que a diferencia de México donde hay una cierta tradición secularista que busca aislar a la política de la religión, en Perú no existen esas limitaciones. El Estado se declara abiertamente confesional, católico de manera más precisa y hay distintos puntos de contacto entre la religión y política en todos los niveles del gobierno de aquel país.
Sin embargo, el problema con lo dicho por López Aliaga es que, en un sentido, a pesar de que las autoridades nacionales peruanas advirtieron de la llegada de Yaku, él y su equipo parecían desestimar los efectos de ese huracán. Dada la manera en que reaccionaron, uno podría asumir que estaban listos, pues no se prepararon refugios, ni equipos que eventualmente pudieran rescatar a personas o grupos que se vieran aislados por las lluvias torrenciales.
Tampoco se tuvo el cuidado de limitar el tráfico de vehículos en las calles donde se sabía, por la historia de inundaciones previas, había mayores probabilidades de que hubiera problemas. Lejos de ello, se le apostó desde el inicio a la “cadena de oración” como respuesta de política pública. Incluso una semana después de que López Aliaga hiciera alarde del poder de su oraciones, llamó “intolerantes” a quienes le criticaron por la manera en que actuó como principal responsable de la seguridad de las personas que viven en Lima.
Que López Aliaga llame a otras personas “intolerantes” eleva la situación a otro nivel. Si algo le ha ganado fama pública al ahora alcalde de Lima no ha sido su disposición a ser tolerante. Más bien todo lo contrario. El alcalde se distingue, entre otras cosas, por su participación en la prelatura del Opus Dei, una estructura creada por Josemaría Escrivá de Balaguer durante los prolegómenos de la Guerra Civil española (1936-9), que se caracteriza por presumir de ser “estricta” en su comprensión y práctica del catolicismo.

Rafael López Aliaga durante su campaña presidencial de 2021. Tomada de Wikipedia.
No es posible reconstruir acá las notas características del catolicismo según el Opus Dei, pero es notablemente intolerante incluso con otros católicos que no comparten con la prelatura su manera de entender la realidad, el mundo e incluso la doctrina del catolicismo. Rechaza cualquier crítica a la Iglesia y ello les ha llevado, en más de una ocasión, a defender a notables depredadores sexuales. En Chile, por ejemplo, fueron miembros de la prelatura en aquel país quienes financiaron la defensa civil y canónica de Fernando Karadima, el superdepredador sexual. No sólo eso. Cuando Karadima todavía celebraba misas con público, se veía a estos miembros o simpatizantes de la prelatura, en las bancas de la parroquia del Sagrado Corazón en Providencia, una de las zonas más hermosas y ricas de Santiago de Chile.
López Aliaga lleva varios años tratando de ganar notoriedad y cargos de elección popular en Perú. Luego de ser regidor en el ayuntamiento de Lima a principios de siglo, se convirtió en uno de los líderes nacionales de Renovación Popular, organización con vínculos formales e informales de diversa naturaleza con el así llamado Sodalicio de Vida Cristiana, una “orden” religiosa del catolicismo nacida en Perú que, como la Legión de Cristo en México o el Instituto del Verbo Encarnado en Argentina, presume también de ser “estricta” en su comprensión de la doctrina católica y, como esas dos organizaciones, ha visto a varios de sus miembros enfrentar acusaciones por abuso sexual.
Los vínculos del alcalde de Lima con el Sodalicio de Vida Cristiana son tan profundos, que su compañera de fórmula en la elección presidencial de 2021 fue Neldy Mendoza, quien presume ser especialista en distintas disciplinas, aunque nunca ha acreditado esas capacidades. A pesar de las críticas que enfrenta por esas actitudes, es invitada frecuente a las actividades públicas de los grupos que forman parte del Sodalicio, por lo que observadores de la vida pública peruana la cuentan entre sus miembros o, por lo menos, sus simpatizantes. Y es que, como suele suceder con el Opus Dei y otras organizaciones “estrictas” del catolicismo, la pertenencia a esos grupos suele ser tratada como una suerte de secreto de Estado por las organizaciones y sus miembros.
López Aliaga, además, presume ser un político “provida”. No es claro cuántas personas habrían muerto en Lima por las inundaciones. Se sabe que hay un saldo de cinco personas que perdieron la vida por los efectos de Yaku, pero es difícil saber si todos vivían o murieron en Lima. En todo caso, lo que demostró López Aliaga es la fragilidad del discurso “provida” que caracteriza al Opus Dei y a grupos similares en el espectro de las derechas de América Latina. Se dicen contrarios al aborto, pero no parecen preocuparse por los efectos de desastres que podrían prevenirse o evitarse del todo para evitar la muerte de personas inocentes.
En la elección presidencial de 2021, en la que ganó Pedro Castillo en la segunda vuelta, el ahora alcalde de Lima fue abanderado del Partido Renovación Popular. Como tal, se hizo de poco menos del doce por ciento del voto en la primera vuelta. En la segunda vuelta, aunque no hubo un acuerdo formal para transferir votos, en los hechos sus electores apoyaron a Keiko Fujimori luego de que, en mayo de 2021 López Aliaga anunciara que él votaría por la hija del expresidente.
Un aspecto que no debe soslayarse de los llamados de López Aliaga a enfrentar los efectos de Yaku con una cadena de oración es que, a lo largo de los últimos 20 años, el ahora alcalde ha tratado de presentarse como un promotor de gobiernos racionales, eficaces, que operen a partir de criterios empresariales y no de criterios o preferencias políticas. En un sentido, esa posición choca con la de quien se abandona a lo que para algunos podría ser la “voluntad de Dios” pero, para otros, podría ser la expresión del descuido, del desaseo y la irresponsabilidad. En otro sentido, él está lejos de actuar con criterios racionales o eficaces, como lo demuestra este episodio.
López Aliaga se hizo del cargo que ahora ostenta, por cierto, con menos del 30 por ciento del voto de los limeños. Sólo 26 de cada 100 votaron por él. Fue así gracias al pésimo diseño de las leyes electorales peruanas que, aunque exigen una segunda vuelta en las presidenciales, permiten que una persona como López Aliaga, conocido por sus excesos verbales contra quienes no piensan o actúan como él incluso dentro de la Iglesia Católica, ocupen el cargo a pesar de no haber ganado la elección con algún margen que garantice que representa a los electores.
Con voz propia
La desinformación, la gran estafa de la opinión publicada

«Argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder»: analista
Por Alberto Vila
Cada vez se presta más atención al fenómeno de la desinformación qué opera como una gran manipulación de conductas políticas, sociales y económicas, de grandes colectivos sociales. El uso del falseamiento de informes, la proliferación de las mentiras intencionadas para favorecer a los intereses de los propietarios de los medios, son la expresión frecuente desinformativa. La desinformación sobre la guerra de Ucrania es un caso de censura informativa en el espacio OTAN.
Estas conclusiones sobre la desinformación partieron de los datos de un informe que la Universidad de Princeton publicó recientemente y que detectó que los adultos mayores tienen más probabilidades de compartir noticias falsas. En ese estudio los investigadores estadounidenses identificaron el aumento de usuarios hombres y mujeres de más de 65 años en Facebook y concluyeron que en esa red social los usuarios de mayor edad compartieron más del doble de artículos de noticias falsas que el grupo de edad más próximo, los de 45 a 65 años, y casi siete veces más que el grupo de edad más joven, de 18 a 29 años.
El efecto que tiene la información falsa sobre las empresas y la economía en general es enorme. Las audiencias tienden a ser receptivas a las noticias falsas. El control hegemónico de los grupos mediáticos facilita tal situación. Inclusive esos medios dicen actuar de fact-checking, de la información publicada. En cualquier caso, se verifica poco quién las fabrica y con qué motivos. Cómo combatir actualmente la desinformación, es la batalla que se libra en el mercado de los mensajes difundidos.
Sin razón aparente, el 29 de marzo de 2018, las acciones de Amazon bajaron un 5%, lo que equivale a la pérdida de 60.000 millones de dólares en valoración. Pero siempre existe un motivo para que una cotización baje tan repentinamente. Puede ser, simplemente, una percepción o una realidad, pero cuando hay un descenso de esta magnitud, significa que el mercado espera “algo”, y, en este caso, era una acción del Gobierno Federal Americano en contra de la compañía. El presidente Trump había usado su medio de comunicación preferido, Twitter, para quejarse de que Amazon no pagaba impuestos estatales ni locales, usaba el servicio de correos como su “chico de los recados”, causándole grandes pérdidas, y, además, era responsable de la quiebra de miles de comercios. Sin haberlo dicho explícitamente, el mercado de valores esperaba que la administración Trump actuara en contra de la empresa.
En Argentina, un grupo de investigadores, de Proyecto Desconfío y del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad (MESO), que trabaja para combatir el impacto de la desinformación en medios y redes sociales detectó que los adultos mayores de 60 años son los más afectados por las campañas de noticias falsas que circulan a través de WhatsApp. El consumo de mensajes engañosos y el desconocimiento de recursos para poder detectarlos motivó un estudio de campo con el fin de alertar sobre las consecuencias de la desinformación en esta población adulta y a aportar herramientas para poder combatirla.
En sus orígenes, la verificación de hechos era un proceso interno de los medios de comunicación que consistía en la revisión de los datos y los hechos de una noticia antes de su publicación. Los actores encargados de verificar eran los periodistas, que tenían que salir al exterior a buscar la noticia y tenían las herramientas y los conocimientos para identificar información falsa o engañosa. El paradigma cambia radicalmente con la llegada de internet. Este nuevo canal amplía el acceso a la información y permite al usuario generar y difundir sus propios contenidos, lo que abre las puertas a la infoxicación. El exceso de información y la llegada de múltiples canales por dónde difundirla, como son las redes sociales y la mensajería instantánea, entre otros, provoca una crisis de confianza hacia los periodistas, que redefine el ejercicio del fact-checking.
La infoxicación y los múltiples canales de difusión hacen que los periodistas no lleguen a todo. Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital. En 1994 nace en Estados Unidos Snopes, la primera plataforma de verificaciones en línea que aparece con el objetivo de validar y desmentir mitos, rumores y leyendas urbanas que circulaban por internet. La evolución de las falsedades en medios no ha hecho más que agravarse.
España es el escenario de imperios mediáticos que, a cualquier precio, sostienen el relato oficial de una monarquía directa heredera del franquismo. Para eso, argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder. Aquí, la tarea de los fact-checkers o verificadores es esencial en la era del exceso informativo y las redes sociales, pero para que la misión de acabar con la información falsa se cumpla, es necesario que cualquier ciudadano, alfabetizado digitalmente, sepa identificar este tipo de contenidos sin caer en falsedades o engaños.
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El autor es economista y analista político, experto en comunicación institucional.
Este artículo se publicó originalmente en elobrero.es
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