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Con voz propia

Las mentiras de Obama sobre Siria

Pese a que el Presidente Obama dijo que no ha tomado una decisión todavía, su versión sobre el uso de armas químicas en Siria desataría la guerra

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Expertos en armas químicas de la ONU se preparan antes de recoger las muestras de uno de los sitios de un presunto ataque con armas químicas en el suburbio de Damasco de Zamalka el 29 de agosto. Foto: Bassam Khabieh / Reuters

Expertos en armas químicas de la ONU se preparan antes de recoger las muestras de uno de los sitios de un presunto ataque con armas químicas en el suburbio de Damasco de Zamalka el 29 de agosto. Foto: Bassam Khabieh / Reuters

Por Alberto Buitre

Estados Unidos atacará Siria, probablemente este jueves. Lo hará basado en la versión que afirma que se han utilizado armas químicas en el conflicto armado que confronta al Gobierno de Bashar Al Assad con el llamado «Ejército de Liberación Sirio«. Un extraño cuerpo militar dispuesto por talibanes afganos, jordanos y paquistaníes, al que ahora Washington se unirá explícitamente. La mezcla pretenderá poner fin a la guerra en la región, donde los aliados extremistas no han podido vencer a la modesta armada liderada por un joven oftalmólogo, ni con el dinero enviado desde el extranjero.

Dígame usted si la versión le suena conocida. Personalmente, no logro separar de los actuales acontecimientos aquel pretexto impuesto por el ex presidente George W. Bush en 2003 sobre las «armas de destrucción masiva» que obligaron a las tropas estadounidenses a invadir Irak. Pero nadie nunca vio tal armamento. Por eso la BBC calificó la campaña como «un engaño», basado en sus investigaciones. Y quizá por eso el mismo Bush reconoció su error.

Desde que Obama, secundado por la Unión Europea -la misma que aprobó la invasión francesa en Mali, so pretexto del terrorismo-, amenazó con lanzar una «respuesta proporcional» al presunto uso de armas químicas en Siria, y sin decirlo, culpando a Damasco por los hechos, la cancillería del país árabe pidió al Ejecutivo estadounidense demostrar ante la opinión pública internacional que ese gobierno había utilizado dicho arsenal. Pero a la fecha, no se ha ofrecido respuesta. Como no la ofreció Bush en su momento.

Pero Washington ya está dispuesto a atacar otro país árabe. Así lo hizo con Afganistán e Irak y con Libia en el 2011, en donde la «democracia» anti Gadaffi ha expulsado al 50% de la población. No fue impedimento el Premio Nobel de la Paz ¿Querrá Obama una segunda condecoración por sus desinteresadas contribuciones a la democratización de Oriente? Aunque habrá que revisar mejor lo que gana Estados Unidos al atacar a Siria, más allá de sus buenas intenciones.

Según Dennis Ross, un alto asesor de la Casa Blanca para Oriente, un ataque con misiles  en crucero de Washington a Siria no significa necesariamente terminar con la guerra civil. En declaraciones a la agencia alemana Reuters, el experto señaló que Obama atacará Damasco simplemente para «castigar» al mundo árabe.

«El Gobierno tiene que decidir cuál es su objetivo, un castigo para demostrar que existe un precio y restablecer un elemento disuasorio, o cambiar el equilibrio del poder en Siria (…) Supongo que (el objetivo) estará orientado al primero», dijo.

¿Entonces las armas químicas son sólo un pretexto?

Claro, quienes nunca se fían de las versiones oficiales ni de manipulaciones mediáticas, sostendrán que el dramatismo de los videos en Youtube no puede mentir. Como tampoco lo hacen las versiones mediáticas que recogen los números de un espurio Observatorio Sirio de Derechos Humanos dirigido desde Londres, cuando la organización verdadera yace víctima de los terroristas en Homs por oponerse la intervención extranjera. O sobre las evidencias colgadas en redes sociales sobre bombardeos en esa ciudad, que en realidad, forman parte del conflicto armado en Bahrein.

Pero para ahondar en dudas ¿Las noticias sobre la guerra en Siria, nos llegan desde Siria, o desde las redacciones en Atlanta o Londres? Ninguna cadena internacional de noticias que haya reproducido como verdaderos los ataques químicos en ese país, tiene corresponsales transmitiendo en vivo el conflicto. Pretexto tecnológico no hay, si se afirma que desde Damasco se cuelgan todas las versiones del Ejército Libre Sirio en Twitter o Facebook. En cambio, los pocos medios que se han atrevido a relatar la verdad en ese país, han sido amenazados por los «rebeldes. Pero al parecer, lo único que hace falta para justificar otra ejecución militar, es que el mundo crea momentáneamente que Washington tiene la razón.

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Con voz propia

La desinformación, la gran estafa de la opinión publicada

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«Argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder»: analista

Por Alberto Vila

Cada vez se presta más atención al fenómeno de la desinformación qué opera como una gran manipulación de conductas políticas, sociales y económicas, de grandes colectivos sociales. El uso del falseamiento de informes, la proliferación de las mentiras intencionadas para favorecer a los intereses de los propietarios de los medios, son la expresión frecuente desinformativa. La desinformación sobre la guerra de Ucrania es un caso de censura informativa en el espacio OTAN.

Estas conclusiones sobre la desinformación partieron de los datos de un informe que la Universidad de Princeton publicó recientemente y que detectó que los adultos mayores tienen más probabilidades de compartir noticias falsas. En ese estudio los investigadores estadounidenses identificaron el aumento de usuarios hombres y mujeres de más de 65 años en Facebook y concluyeron que en esa red social los usuarios de mayor edad compartieron más del doble de artículos de noticias falsas que el grupo de edad más próximo, los de 45 a 65 años, y casi siete veces más que el grupo de edad más joven, de 18 a 29 años.

El efecto que tiene la información falsa sobre las empresas y la economía en general es enorme. Las audiencias tienden a ser receptivas a las noticias falsas. El control hegemónico de los grupos mediáticos facilita tal situación. Inclusive esos medios dicen actuar de fact-checking, de la información publicada. En cualquier caso, se verifica poco quién las fabrica y con qué motivos. Cómo combatir actualmente la desinformación, es la batalla que se libra en el mercado de los mensajes difundidos.

Sin razón aparente, el 29 de marzo de 2018, las acciones de Amazon bajaron un 5%, lo que equivale a la pérdida de 60.000 millones de dólares en valoración. Pero siempre existe un motivo para que una cotización baje tan repentinamente. Puede ser, simplemente, una percepción o una realidad, pero cuando hay un descenso de esta magnitud, significa que el mercado espera “algo”, y, en este caso, era una acción del Gobierno Federal Americano en contra de la compañía. El presidente Trump había usado su medio de comunicación preferido, Twitter, para quejarse de que Amazon no pagaba impuestos estatales ni locales, usaba el servicio de correos como su “chico de los recados”, causándole grandes pérdidas, y, además, era responsable de la quiebra de miles de comercios. Sin haberlo dicho explícitamente, el mercado de valores esperaba que la administración Trump actuara en contra de la empresa.

En Argentina, un grupo de investigadores, de Proyecto Desconfío y del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad (MESO), que trabaja para combatir el impacto de la desinformación en medios y redes sociales detectó que los adultos mayores de 60 años son los más afectados por las campañas de noticias falsas que circulan a través de WhatsApp. El consumo de mensajes engañosos y el desconocimiento de recursos para poder detectarlos motivó un estudio de campo con el fin de alertar sobre las consecuencias de la desinformación en esta población adulta y a aportar herramientas para poder combatirla.

En sus orígenes, la verificación de hechos era un proceso interno de los medios de comunicación que consistía en la revisión de los datos y los hechos de una noticia antes de su publicación. Los actores encargados de verificar eran los periodistas, que tenían que salir al exterior a buscar la noticia y tenían las herramientas y los conocimientos para identificar información falsa o engañosa. El paradigma cambia radicalmente con la llegada de internet. Este nuevo canal amplía el acceso a la información y permite al usuario generar y difundir sus propios contenidos, lo que abre las puertas a la infoxicación. El exceso de información y la llegada de múltiples canales por dónde difundirla, como son las redes sociales y la mensajería instantánea, entre otros, provoca una crisis de confianza hacia los periodistas, que redefine el ejercicio del fact-checking.

La infoxicación y los múltiples canales de difusión hacen que los periodistas no lleguen a todo. Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital. En 1994 nace en Estados Unidos Snopes, la primera plataforma de verificaciones en línea que aparece con el objetivo de validar y desmentir mitos, rumores y leyendas urbanas que circulaban por internet. La evolución de las falsedades en medios no ha hecho más que agravarse.

España es el escenario de imperios mediáticos que, a cualquier precio, sostienen el relato oficial de una monarquía directa heredera del franquismo. Para eso, argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder. Aquí, la tarea de los fact-checkers o verificadores es esencial en la era del exceso informativo y las redes sociales, pero para que la misión de acabar con la información falsa se cumpla, es necesario que cualquier ciudadano, alfabetizado digitalmente, sepa identificar este tipo de contenidos sin caer en falsedades o engaños.

***

El autor es economista  y analista político, experto en comunicación institucional.

Este artículo se publicó originalmente en elobrero.es

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Con voz propia

El Tren Maya, la ceguera de la ambición: Obispo Raúl Vera

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Raul Vera obispo

Raúl Vera, fraile dominico y obispo emérito de Saltillo, reflexiona en este texto sobre su experiencia como jurado del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza que condenó la construcción del Tren Maya durante la sesión del 9 al 12 de marzo de 2023 y de cuya sentencia dimos cuenta en Los Ángeles Press, el 13 de marzo.

La ceguera de la ambición: El Tren Maya

La Iglesia nos presenta el capítulo 9 del Evangelio de San Juan para este cuarto Domingo de Cuaresma, cuyo tema es la curación de un ciego de nacimiento.

Cuando van pasando frente a ese ciego de nacimiento, los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿Quién pecó, éste o sus padres? Ello para saber por qué estaba ciego. A lo que Jesús les dijo que ni él ni sus padres, sino que es así para que se cumpla la obra de Dios.

“Jesús escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)». Él fue, se lavó, y volvió con vista (Jn.9,6-7). La gente preguntaba si era el ciego que se sentaba a pedir en la plaza, a lo que él respondía: «Soy yo». Y cuando le preguntaban qué había pasado, él explicaba lo que había sucedido, afirmando: «Jesús es un profeta». Por ello, porque él decía la verdad y porque los fariseos no querían reconocerlo, los fariseos lo expulsaron del lugar, quitándole con ello la protección y atención.

Quisiera reflexionar con ustedes este Evangelio junto a la experiencia que acabo de tener desde el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, celebrado del 9 al 12 de marzo pasado en algunos de los estados por donde atravesará el megaproyecto del llamado Tren Maya. Ahí tuvimos la oportunidad de escuchar testimonios de las personas que nos dijeron de manera contundente todos los daños que están haciendo a toda la naturaleza y cómo están dañando la vida de ellas y ellos, así como a la cultura maya. Ahí vimos la ceguera del gobierno federal.

El obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera y Mina Morsán, al visitar las áreas afectadas por la construcción del Tren Maya el 13 de marzo de 2023.

Vimos la ceguera de los encargados de construir este tren, los militares. Vimos la ceguera de quienes están alterando el sistema ecológico y la vida de nuestros hermanos maya. Eso es un ecocidio y un etnocidio y sólo lo pueden hacer personas que no ven, que no tienen la mirada para reconocer la riqueza cultural que el mundo maya tiene, ni el destrozo terrible de la selva, la destrucción de los cenotes, depósitos de agua dulce y casa para una gran cantidad de fauna de la región. ¿Cómo es posible que estén con los ojos cerrados? ¿Cómo es posible que sólo tengan una visión económica y de negocio? Hemos visto la ceguera de la ambición de parte de quienes están conduciendo la construcción de ese tren.

Les doy un abrazo,

Fr. Raúl Vera López, O.P.
Obispo Emérito de Saltillo

Lecturas del domingo 19 de marzo del 2023, Cuarto Domingo de Cuaresma:

1Sam.16,1b.6-7.10-13a;

Sal.22,1-3a.3b-4.5.6;

Ef.5,8-14;

Jn.9,1.6-9.13-17.34-38.

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Con voz propia

México: Unidad perdida, agresión y difamación

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TRAS BAMBALINAS

Por Jorge Octavio Ochoa

A menos de 48 horas de haberse conmemorado el día internacional de la mujer, el presidente de México arremetió verbalmente, el viernes 10 de marzo de 2023, contra la reportera Nayeli Roldán, de Animal Político.

La difamó. La señaló como parte de una prensa corrupta y rechazó la comparecencia del director del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez Zapata. “Es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada, al servicio de los corruptos”, le dijo.

Así, sin hacer distingos, en una más de sus generalizaciones, sumó a la reportera a ese grupo de la corrupción, ¿Por qué les vamos a hacer el caldo gordo a ustedes?, remató en ese episodio, que dejó patente un inconmensurable abuso de poder.

Sin embargo, los mexicanos, acostumbrados a normalizar la violencia, simplemente reprocharon lo sucedido, expresaron solidaridad, pero hasta el momento no hay un sólo intento por emprender una acción legal por ese suceso.

Por lo menos, exigir al mandatario una disculpa pública tras lo dicho a una periodista que, con una gran madurez y altura, solo dejó el expediente sobre el uso de Pegasus por el Ejército contra luchadores sociales y le agradeció el espacio.

Como ha ocurrido con otros abusos en estos últimos dos años, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha guardado un pesado silencio. Lo más triste es que no parece haber institución alguna que detone un procedimiento de censura por agresión verbal y difamación.

Lo ocurrido en Palacio Nacional el viernes 10 de marzo es un hecho gravísimo, nunca visto, que echa por tierra la afirmación presidencial de que el suyo ha sido el régimen más feminista de toda la historia de México.

El 8 de marzo, en México, fue el Día del Macho Alfa. Un pequeño grupo de mujeres, reunidas en Palacio, protegidas por enormes vallas de acero, mientras afuera, más de 100 mil mujeres se arremolinaban para pedir justicia, sororidad y respeto.

A un costado del Palacio, en la Suprema Corte, otra mujer protagonizó uno de los episodios más grotescos que se han visto. Disfrazada con toga, birrete y ametralladora de juguete, le mentó la madre a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández. Agresión de mujer a mujer. Ha cundido el mal ejemplo, las malas conductas. Los agravios e insultos aumentan. El presidente de la República debiera ser el más preocupado y comprometido en atacar este fenómeno. Pero, increíblemente, lo provoca, lo incita, lo alimenta y envía a sus huestes a agredir, incluso dentro de la Cámara de Diputados, a través de transgéneros que amedrentan mujeres.

No hay término legal que dimensione, en su real magnitud, lo ocurrido este 10 de marzo en Palacio Nacional. En medio de una crisis de feminicidios, el mandatario bañó de oprobio, infundios y descalificaciones sin pruebas a una reportera.

No, él no mató a nadie, pero sí a su proyecto de Nación. Un hombre así no merece respeto, mucho menos apoyo. Lo más triste es que la propia sociedad ha dejado pasar este incidente.

Para los medios nacionales como El Universal, Excelsior y La Jornada, ni siquiera mereció primera plana el sábado 11 de marzo. Otros, se fueron por la cabeza de que el nuevo régimen no espía, ahora es “inteligencia”.

Sí, periodísticamente eso es importante, pero jurídicamente esta agresión debe quedar plasmada, con posibilidades de sentar jurisprudencia, pues no sólo arremetió contra la prensa.

Nayeli Roldán. Fotografía publicada en su cronología de Twitter (@nayaroldan).

Él arremetió, desde la cúspide del poder, contra una mujer y ese es un acto doblemente cobarde. Hay un infundio, pues insultó y difamó sin pruebas. Eso jurídicamente se debe esclarecer.

Pero eso sí, ahora el presidente ha iniciado una campaña patriotera, para “defendernos de las acechanzas de Estados Unidos” que, según él, quieren intervenir militarmente a nuestro país.

Ahora sí quiere esa unidad a la que nunca ha convocado, porque llama “aspiracionista” y “fifís” a una clase media, “totalmente Palacio”, que únicamente quiere mejores niveles de vida y de disfrute.

El próximo 18 de marzo, de eso versará el discurso. Su concentración en el Zócalo de la gesta petrolera hablará del intervencionismo yanqui. Lloverán los insultos, pancartas. Renacerá el chauvinismo.

Está tentado a iniciar ese juego, pero antes tendrá que explicar varias cosas, como el arribo de “médicos” cubanos y militares venezolanos, aparejado con el anuncio de una reforma al artículo 33 de la Constitución.

¿Ahora ellos podrán, no sólo opinar, sino actuar libremente en el país? Mala apuesta, porque de igual manera los estadunidenses pretenderán inmiscuirse en nuestros asuntos electorales, así como AMLO lo hace ahora con los republicanos.

Se quiere empujar una penetración ideológica a través de dos proyectos fracasados. Los gobiernos de Cuba y Venezuela no son ejemplo de nada y lo más curioso es que todos los migrantes quieren irse, precisamente, a los Estados Unidos.

Por todo esto, llama la atención la convocatoria de una marcha de militares, este domingo 12 de marzo. Concurrida o desairada, el hecho concreto es que ya hay malestar también en ese sector.

Exigen respeto y posibilidad de defenderse del crimen organizado. Justo cuando hay cinco jóvenes acribillados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y cuando el nuevo gobernador de ese estado se ve señalado por complicidad.

En las redes sociales se dice que Américo Villarreal protege a una parte de los cárteles criminales y de ahí la increíble “disculpa” del Cártel del Golfo”, que entregó a cinco de los suyos, bajo la promesa de que “no volverá a ocurrir”.

¿Quién gobierna entonces? ¿Quién manda? Resulta sospechoso. Más aún porque en el caso de los estadounidenses secuestrados hubo una pronta acción, pero ahora el FBI revela que hay otros secuestros de los que no se ha dicho cosa alguna. Desde febrero pasado, tres mexicanas que viven en Estados Unidos, desaparecieron después de que cruzaron la frontera para vender ropa en un mercado de pulgas, según versiones dadas a conocer al otro lado del Bravo. En este caso no hay disculpa, ni información.

El fracaso es evidente. Por donde se le quiera ver, la lucha contra el narcotráfico no sólo tiene un saldo de 144 mil muertes violentas. Tiene al Estado mexicano contra la pared, profundamente penetrado.

En estos momentos, el presidente convoca a la unidad de los mexicanos para oponerse a las presiones de Estados Unidos, pero la respuesta es evidente: no sólo hay escepticismo; hay también un gran desprecio y polarización.

Las ofensas y la difamación que han salido de Palacio Nacional han sido muchas y escalonadas. A eso debemos añadir, auténticas campañas de propaganda, de desinformación, respecto a la verdadera intención para despedazar al Instituto Nacional Electoral.

El régimen de Morena gasta más en salarios para Servidores de la Nación, que en apoyos sociales a ciudadanos con becas y pensiones. Es evidente que el objetivo, es la compra de conciencias y votos.

La estructura con que los mueven, semeja más células de propaganda que la de una auténtica burocracia que cumple un trabajo de apoyo social. Invaden colonias y barrios para impulsar, también, propuestas como la revocación de mandato.

¿A eso llegaron los militares cubanos y venezolanos? Por ese patrioterismo exaltado ahora se enfrenta a sus propios demonios. ¿Qué impedirá que los gringos no traten de intervenir también? No hay rumbo, ni estrategia.

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