Justicia pendiente
Indígenas torturados por ministeriales tras detención de Nestora
Indígenas mixtecos que fungían como policías comunitarios fueron torturados por ministeriales tras detención de Nestora Salgado en Guerrero en agosto 2013

Por Sergio Ferrer
TLAPA, Guerrero.- Policías ministeriales de Guerrero torturaron a seis policías comunitarios mixtecos que fueron detenidos durante un operativo conjunto ejecutado por policías estatales, federales y militares el 21 de agosto de 2013 en la comunidad de El Paraíso, Ayutla de los Libres. Allí mismo, los ministeriales sustrajeron a personas que se encontraban en proceso de investigación o reeducación bajo el sistema de justicia indígena que dirige la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias Policía Comunitaria (CRAC-PC).
Los hechos ocurrieron horas después de la detención de Nestora Salgado García, comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá (adherida a la CRAC-PC), después de que ésta detuvo al síndico procurador de Olinalá al intentar robarse evidencias de un doble homicidio, pero con el sustento legal de atención a denuncias por secuestro presentadas por familiares de personas en reeducación, y luego de que el ex coordinador de la CRAC-PC en San Luis Acatlán afin al gobernador Aguirre Rivero, Eliseo Villar diera el golpe político y emitiera una declaración no validada en asamblea que dejaba presuntamente fuera del sistema comunitario a la Casa de Justicia de El Paraíso, a donde estaban asignados los reeducados.
Según la Recomendación 021/2015 de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero, emitida en abril, pruebas periciales comprobaron la presencia de secuelas de tortura sicológica en integrantes de la Policía Comunitaria efectuada por al menos cuatro policías ministeriales que vulneraron el derecho a la integridad personal de los indígenas.
En los testimonios consultados en el expediente se narra que un grupo de policías comunitarios fueron detenidos, hincados y esposados en el patio de la Casa de Justicia de El Paraíso en tanto que a otros los sacaron de su domicilio concentrándolos en el lugar advirtiéndoles que si se movían los mataban. Después, efectivos estatales y federales los pusieron boca abajo y les pegaron con la culata de sus armas. Al día siguiente los hicieron pasar por una fila de elementos que les dieron patadas y golpes.
Antes de ser arraigados oficialmente en un hotel de Acapulco, los indígenas fueron amarrados a postes donde varias de las personas sujetas a investigación por parte de la CRAC-PC les pegaron y dieron malos tratos. Los testimonios narran que policías ministeriales serían quienes a dos de los policías comunitarios les colocaron bolsas de plástico en la cabeza, les apretaron el cuello, les abrieron las piernas dejándose caer y les pusieron una pistola en la cien para que dijeran que pedían dinero por liberar a las personas, además de hacerlos firmar hojas en blanco; métodos descritos en el internacional Protocolo de Estambul, los cuales, dejan huella de horror, según señala la recomendación.
Incluso, dejaron que algunos de los supuestos agraviados por secuestro, les pegaran en las costillas. En resumen; dentro del dictamen pericial se determinó que los quejosos (Q1, Q2, Q3, Q Q5 y Q6) presentaron en los criterios de diagnóstico traumas síquicos por maltrato y trastorno de estrés postraumático. Por ejemplo a Q1 se le diagnosticó angustia y reacción fisiológica al recuerdo de los hechos y severa depresión, a Q2 imágenes intrusivas de maltrato por arma de fuego, angustia, llanto moderado, alteración sicológica, Q4 y Q5 sueños perturbadores y angustia constante; y a Q6 dolor de oído, anhelo del rol familiar, tristeza, depresión y dolor. Sin embargo, no existieron pruebas médicas que permitieran comprobar que también hubo tortura física. Los policías comunitarios no tuvieron permiso, durante su arraigo de mes y medio, para ser visitados ni tampoco recibieron atención médica.
La recomendación a favor de Bernardino García Francisco y otros, está dirigida al fiscal regional de Acapulco David García Muñoz, así como a los policías ministeriales Juan Carlos Brito Morán, Sergio Campillo Díaz, Mario Alberto Peña Rodríguez, Alexander Mejía Rodríguez.
La recomendación no efectúa alguna mención sobre el actuar de efectivos militares y cuerpos policíacos federales, al señalar que compete a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos tal investigación. Lo que sí señala es la existencia de allanamiento de morada, vulneración de la libertad personal (detención arbitraria), de la integridad personal y lesiones por tortura para obtener confesión.
Más cerca de sus familias, pero sin libertad
Es día de visita en la cárcel de Ayutla de los Libres, algunos hombres platican con sus esposas, otros tejen hamacas otros descansan en sus celdas. Entré a una, en la que está Arturo que tiene 45 años, luego de varios minutos se uniría Bernardino de 55, Eleuterio de 32, Florentino de 22, Ángel de 26 y Benito de 32, seis de los siete policías comunitarios encarcelados en la pequeña prisión.
En tu´un savi dialogan brevemente y Eleuterio algo inquieto antes de hablar recoje un tejido blanco que está haciendo para una bolsa y dice que a él la comunidad lo nombró, “a nosotros nos escogieron por ser respetuosos, no beber ni ingerir droga, por eso nos eligieron como policías, dicen chismes de nosotros que somos secuestrados y no es justo, extrañamos a nuestras familias pero parece que esto es un proceso largo, yo me desespero ya quiero salir libre, no hicimos delito”. Él, teje cinturones, mochilas y bolsas con una técnica que aprendió en el penal de Las Cruces en Acapulco.
Teníamos nuestras credenciales que nos acreditaban como policías comunitarios, yo prestaba un servicio a mi pueblo El Paraíso, allá en la cárcel el señor casi se nos muere, en dos ocasiones estuvo grave, dice Eleuterio a lo que agrega Bernardino, quien fuera uno de los coordinadores de la Casa de Justicia de El Paraíso, “un día perdí el conocimiento, no supe de mí, estuve enfermo, dos veces pensé que me iba a morir pero afortunadamente no, dicen que era la presión” recordó el hombre sobreviviente de la masacre de El Charco y a quien le falta un ojo.
Ángel García García, su hijo, tomó un cuaderno y leyó la descripción del sistema de justicia comunitario que tiene escrita, la cual habla también de las leyes que avalan la función de la CRAC-PC y de sus derechos como indígenas, a él como a los demás que eran policías les tocaba trabajar una vez por mes en la guardia.
Los policías comunitarios na savi presos, vinculados a las acusaciones contra Nestora Salgado García son; Arturo Campos Herrera, Benito Morales Justo comandante, Bernardino García Francisco, Ángel García García, Eleuterio García Carmen y Florentino García Castro, Abad Francisco Ambrosio.
Arturo Campos Herrera, promotor de la policía comunitaria, contó que cuando lo detuvieron se impresionó de la cantidad de policías y patrullas que lo detuvieron, cuando lo trasladaron para Acapulco lo mantuvieron en un cuarto aislado y sin comer.
De su ingreso al penal del altiplano (fue el único de ese grupo de comunitarios que enviaron a una cárcel de máxima seguridad) recordó que lo llevaron esposado de manos y pies, lo pusieron bajo una cámara y le gritaban que confesara que él había secuestrado y que pedía dinero por las personas que tenían en El Paraíso, después le pusieron a un perro que le ladraba cerca de la oreja hasta que fue asignado en una celda que estaba video vigilada permanentemente.
Campos Herrera asegura que para él no hay ningún proceso útil de reinserción en ese tipo de prisiones, en las que se violan sus derechos humanos y en dónde muchas veces los criminales aprenden cosas nuevas relacionadas con la delincuencia. “Yo les decía a veces de broma, aquí yo soy el único bueno todos ustedes son malos” recordó sonriente.
Después, mientras los otros policías comunitarios hablan en la plática, aprovechó para mostrarle cariñosamente a su esposa unos dibujos que le hizo y unas cartas que ella le escribió para que las guarde en su casa.
Sus esposas y familiares; con dificultades para sobrevivir
Margarita García Albino es esposa de Benito Morales. Ella nació en Acatepec, y es hablante de tlapaneco y mixteco. En entrevista, relató que tiene tres hijos de 10, 8 y 7 años y que desde que su esposo fue encarcelado ha vivido situaciones adversas habiendo días en los que no han tenido para comer.
Ella conoció a su esposo en un restaurante, contó, mientras dejaba la leña que fue a cortar para su consumo, varias veces le dijo que no obtenía nada de ser policía comunitario porque ese trabajo no es pagado pero él se sentía orgulloso de servir a su comunidad. Aunque ahora lo tiene más cerca y hay más posibilidad para visitarlo, no cuenta siempre con dinero o artículos de higiene personal para poder llevarle.
Una constante que han sufrido las hijas de otro integrante de la CRAC-PC han sido la discriminación, estigmatización, señalamientos y amenazas al verlas solas y con carencias económicas, se han burlado de ellas y ha sido una lucha intensa para ellas que están en libertad al estar caminando a contra corriente y con pocas posibilidades de desarrollo. “Tengo que resistir, hace tiempo nos amenazaron de muerte, a mis hijas las querían maltratar, no es justo, eso también se debió pensar que pasaba con los policías comunitarios que prestaban su servicio ahora están encerrados, queremos que estén fuera, con nosotras”, contó la otra mujer mientras se limpia algunas lágrimas y prepara la comida para su familia.
Justicia pendiente
Juez concede amparo a ex director administrativo de Segalmex por desfalco millonario

El juzgado sexto de Distrito en materia de Amparos y Juicios Federales del Estado de México le concedió la suspensión definitiva en el juicio de amparo que le solicitó René Gavira Segreste, ex director administrativo de Seguridad Alimentaria (Segalmex), contra cualquier orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero y peculado.
El juzgador aceptó la solicitud que presentó el ex funcionario federal que es acusado de ser uno de los principales responsables de los desvíos de más de 142 millones 440 mil pesos en la compra simulada de 7.8 toneladas de azúcar.
El juez de Control del Centro de Justicia Penal Federal de Almoloya giró la orden de aprehensión en contra del ex servidor público por lavado de dinero, peculado y delincuencia organizada, no obstante, al contar con el amparo no podrá ser detenido.
El juzgador giró las órdenes de aprehensión contra 22 ex funcionarios federales de Segalmex por los desvíos millonarios cometidos durante 2019 y 2021, periodo en el que se habrían desviado millones de pesos del presupuesto de la institución federal creada en el actual sexenio.
Hasta el momento la Fiscalía General de la República (FGR) ha detenido a nueve ex servidores públicos relacionados con los desvíos millonarios en Segalmex durante los primeros tres años de la actual administración, tras las denuncias identificadas por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La ASF identificó desvíos de hasta 20 mil millones de pesos en el manejo de la cuenta pública de 2019, 2020 y 2021, cifra que sería superior al esquema de corrupción conocido como “la estafa maestra”.
Justicia pendiente
Jesuitas advierten que hallazgo del supuesto cadáver de El Chueco no resuelve crimen de los sacerdotes de Urique

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Responden a la versión oficial sobre el hallazgo del cadáver de José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco
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Toman distancia de las declaraciones de las fiscalías de Sinaloa y Chihuahua
Por Rodolfo Soriano Núñez
La Compañía de Jesús en México, los así llamados jesuitas, publicaron al mediodía de este miércoles un comunicado en que se acusa de recibida la información dada a conocer por las fiscalías de los estados de Sinaloa y Chihuahua, sobre el hallazgo del presunto cadáver de José Noriel Portillo Gil, conocido como El Chueco.
Portillo Gil ha sido señalado en diversas versiones como el autor material del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, de 79 y 80 años de edad, respectivamente; además del guía de turistas Pedro Palma Gutiérrez, así como del joven beisbolista Paul Osvaldo Berrelleza Rábago.
En el comunicado, los jesuitas insisten en que el hallazgo del cadáver de ninguna manera resuelve ni el asesinato de sus compañeros de orden religiosa, ni tampoco ayuda a resolver el «problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara».
Portillo Gil habría sido localizado en un camino rural en la sindicatura de Picachos, en Choix, Sinaloa, poco más de 150 kilómetros al sureste de Ciudad Obregón, Sonora. Diana Carolina Portillo Gil, hermana de quien se presume responsable del asesinato a los jesuitas, acudió a las instalaciones del Servicio Médico Forense en Los Mochis, Sinaloa, e identificó el cadáver, pero espera a que se realicen las pruebas genéticas que permitan confirmar su identidad.
Según informa la Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, el cadáver habría sido encontrado la noche del martes 21 de marzo, alrededor de las ocho, en el pasaje descrito. Las primeras valoraciones estiman que el cuerpo tenía al menos un día en ese lugar.

César Jáuregui, fiscal del estado de Chihuahua, da cuenta del hallazgo del cadáver del presunto asesino de los sacerdotes jesuitas, entre otras víctimas, el 22 de marzo de 2023.
En uno de los párrafos de su comunicado, la Compañía de Jesús subraya que «la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial» y lejos de sumarse al tono con el que las fiscalías difundieron la información en Culiacán y Chihuahua capital, hacen ver que «este desenlace, de confirmarse, no es el que esperábamos ni es por el que trabajamos.»
Recuerdan también su «llamado a que se cumplan a cabalidad las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad de la región». El texto íntegro del comunicado se puede consultar en la página de la parroquia que los jesuitas administran en la comunidad de Cerocahui.
Justicia pendiente
Ejército disparó 117 veces contra jóvenes en Nuevo Laredo: CNDH

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) informó que elementos del Ejército mexicano dispararon 117 ocasiones contra siete jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde cinco murieron, uno resultó herido y otro ileso.
En la recomendación dirigida a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el organismo defensor de los derechos humanos refirió que los hechos ocurrieron durante la madrugada del 26 de febrero, cuando circulaban por las calles de la colonia Cavazos Lerma en Nuevo Laredo tras salir de un centro nocturno y dirigirse a sus respectivas viviendas.
El organismo autónomo expuso que sin amenaza previa y sin comunicaciones uno de los soldados accionó un arma de fuego en la parte trasera del vehículo particular y otros tres elementos militares replicaron.
Aunque los efectivos castrenses sostuvieron que los jóvenes les dispararon, no se presentaron evidencias sobre ataques con armas de fuego a los vehículos militares, aunado a que tampoco se identificaron armas en el interior de la unidad particular ni llevaba las luces apagadas.
Por ello, la CNDH solicitó a la Sedena colaborar con la Comisión Ejecutiva de la Atención de Víctimas (CEAV), para inscribir a las siete víctimas del ataque armado por parte de los efectivos militares y proceder a la inmediata reparación del daño.
De la misma manera, la CNDH enfatizó que se debe otorgar la atención médica, psicológica y tanatológica que las víctimas requieran, debido a que hubo una violación grave de los derechos humanos por los soldados en Tamaulipas.
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