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El Caso Wallace

El abogado que metió a la cárcel a la señora Wallace

Crónica sobre el penalista José E. Patiño Hurtado que metió a la cárcel a Isabel Miranda Torres, la señora Wallace, y de cómo aún sigue enfrentándola

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Por Guadalupe Lizárraga

I

–¡El que se suba, mátenlo! –gritó una mujer para impedir que se subieran a la estructura que sostenía un panel de publicidad exterior.

Era la tarde del 17 de  julio de 1998 y la voz de María Isabel Miranda Torres, «la señora Wallace». Su aspecto corpulento de mujer poco afable destacaba entre una veintena de hombres a su alrededor. Empleados bajo sus órdenes intentaban impedir el retiro de tres espectaculares de su empresa Showcase Publicidad en zonas prohibidas de Tlalpan, sobre Periférico Sur, en la colonia Héroes de Padierna.

Por parte de la Delegación Tlalpan, unas ochenta personas enfrentaban la resistencia Wallace, al tiempo que también iban desmontando las estructuras de otra empresa. El abogado José Patiño Hurtado, entonces subdirector Jurídico y de Gobierno, lideraba el conflicto. Un hombre alto, moreno, de estructura fuerte, cuarenta y tanto años de edad, vestido con chamarra de piel negra y camisa color claro, intentaba que la mujer entrara en razón.

–Señora, voy a quitarle los espectaculares, grite o patalee, los tengo que quitar porque son peligrosos, no tiene autorización para montarlos ahí –relataba Patiño haberle dicho en aquel momento.

Pero ella, con cúter en mano, empezó a cortar una de las mangueras de las cuatro que tenía unidas el sistema hidráulico de la grúa que operaba el trabajador de Tlalpan, quien tenía la orden de quitar los paneles. Cuando Isabel Miranda terminó de cortar la manguera dio el cúter a un hombre joven que estaba a su lado y éste continuó cortándolas. Era su hijo, Hugo Alberto Wallace.

Después del corte de tres mangueras, la grúa empezó a desestabilizarse y Hugo Alberto corrió a subirse a su auto, un Cutlass gris, que había metido al predio sin autorización, mientras uno de sus empleados corrió a abrir la puerta a toda prisa. Patiño y otros funcionarios también corrieron para bloquear la salida con la intención de impedirle que huyera. Sin embargo, Hugo Alberto aceleró el auto, lanzándolo con determinación contra ellos.

–¡Nos aventó el coche! Otro funcionario me jaló de la chamarra para evitar que nos atropellara –prosiguió Patiño, instalándosele un gesto de sorpresa que vino del recuerdo.

El conflicto se llevó el tiempo promedio de una jornada laboral, desde las once de la mañana hasta las ocho de la noche. Patiño no era la primera vez que se encontraba con Isabel Miranda por problemas similares. Sin embargo, ese día impidió que la mujer impusiera su voluntad y quedara impune.

Hugo Alberto Wallace logró escapar, pero los empleados de la delegación impidieron que ella hiciera lo mismo y fue llevada por la policía local al Ministerio Público. Los cargos fueron resistencia a la autoridad, daño a propiedad ajena en agravio al Gobierno del Distrito Federal y homicidio calificado en grado tentativa. El juez Joel Blanno García, a cargo en ese momento del juzgado en turno del Reclusorio Norte, del Décimo Segundo de lo Penal del Distrito Federal, la absolvió de los dos últimos cargos, pero dictó prisión preventiva por el de resistencia a las autoridades. Cinco días después, salió libre.

II

Hablar con el abogado José E. Patiño Hurtado es un vertiginoso vaivén entre la historia y el presente. Su memoria privilegiada para los nombres y hechos nos retrata realidades a detalle de aquel día en que metió a la cárcel a la «señora Wallace».

–Yo la iba a meter a la cárcel por el uso indebido de documentos falsos –explicó Patiño–. Preparé un expediente con los supuestos permisos y escrituras que tenía para montar los espectaculares en los bosques públicos.

–¿Escrituras?

–Sí, eran escrituras falsas. Cuando llegamos como gobierno a la delegación de Tlalpan, empezamos a hacer recuperación de esos terrenos, unos en Lomas de Cuilotepec, La Cuchilla de Padierna, El llano, Coapa, son algunos.

Patiño comentó que no todo fue éxito. Isabel Miranda llegó a quedarse con propiedades acreditándolas con documentos falsos de administraciones pasadas.

Uno de estos casos que confirmaron las afirmaciones del abogado fue el expediente 762/2000 que se abrió en contra de Luciano Ureña Pérez, propietario original del predio ubicado en la avenida Miramontes #3158, Ex hacienda de Coapa, Delegación Tlalpan. Ureña Pérez había denunciado y demostrado la falsedad en peritajes y documentos por parte de Isabel Miranda. Sin embargo, perdió el caso en 2001 contra Hugo Alberto Wallace Miranda y Claudia Wallace Miranda. El perito, ingeniero civil Eduardo Adolfo Castañeda Niebla, falseó el dictamen en favor de los Wallace, y Miranda presentó documentos notariales falsos, utilizando también sellos falsos del testimonio notarial 35004 con fecha del 20 de julio de 1992, de la Notaría número 4 y falsificando además la firma del notario Felipe de Jesús Zacarías Ponce.

Copia de averiguación previa del despacho jurídico de Isabel Miranda para alegar ser propietaria de terrenos pese a falsedad de documentos y falsificación de firmas notariales.

Desde entonces, Miranda empezaba a cobrar notoriedad por sus acciones ilícitas e infundía temor al rodearse de abogados como Ricardo Martínez Chávez, quien hizo las gestiones para sacarla de la cárcel en 1998, y quien después fue acusado de trata sexual en el Distrito Federal, y asesinado en Tamaulipas el 5 de enero de 2017 por supuestas relaciones no satisfactorias con el narcotráfico, tres meses después de haber sido nombrado como coordinador regional de la procuraduría local en ese estado.

III

José Patiño vivía en las colinas del norte de la Ciudad de México. El camino serpenteaba para llegar a su casa, rodeado de macizos de flores y árboles pequeños. El edificio era de tres niveles y utilizaba el primero como garaje. Un amplio salón se abría con la puerta en el segundo nivel. La decoración destacaba en paredes con arte prehispánico y pisos de madera cubiertos con tapetes estilo persa. Un piano antiguo atraía la vista a uno de los costados; del otro, una sala de estar en piel café con una mesita al centro cubierta de expedientes judiciales. Entre éstos, se asomaba un pequeño libro con las hojas amarillas por el tiempo.

Cuando mis ojos se posaron en automático sobre el libro, Patiño lo cogió, buscó el índice y estiró la mano para mostrármelo: Santa Ana y Juan Álvarez, frente a frente, el autor era Fernando Díaz Díaz, de una colección de la SEP de 1972. El entusiasmo le inyectó un brillo a su mirada de ojeras sombrías. Me contó que se trataba de su tatarabuelo Juan Álvarez Hurtado, por parte de su madre. De cómo el general, miembro de una pléyade de liberales en 1854, había participado junto con Ignacio Comonfort y Florencio Villarreal en la elaboración del Plan de Ayutla para terminar la dictadura de Santa Anna.

La conversación con José Patiño era intensa. La madrugada no hacía mella en el vigor de sus relatos. Desde la historia del general Álvarez  y cómo entregó sus riquezas a la causa para ayudar a la liberación de México, hasta su niñez en el orfanato Nuestros Pequeños Hermanos con el Padre Wasson,  en Cuernavaca, Morelos. Patiño tenía cinco años cuando secuestraron y asesinaron a su padre. Su madre investigó el crimen por su cuenta y descubrió que se trataba de un grupo de gavilleros, dedicados a asaltar y a violar en la sierra de Guerrero y solían esconderse en Iguala. La familia se apoyó en el abuelo y se mudaron a Cuernavaca para proteger a los hijos. Dos años después, la madre de Patiño fallecía de cáncer.

–El Padre Wasson, cuando se entera de la muerte de mi madre, le dice a mis tías «déjenos a los muchachos», y mi hermana fue la única que no entró, pero mis hermanos y yo nos quedamos ahí, porque mi madre había sido bienhechora del orfanato.

Allí,  José Patiño conoció al escritor Erich Fromm. Él vivía en Cerritos, Cuernavaca, y Patiño ya cursaba la preparatoria.

–Erich Fromm nos daba clases de Psicología en la prepa. Era algo maravilloso platicar con ese personaje. Recuerdo que nos decía: «Lo más importante del hombre es la raíz, pero más  importante aún es su existencia. A ver platícame tu vida», y empezábamos los jóvenes a tartamudear con nuestras historias, y nos interrumpía: «No, no, lo más importante eres tú, a ver cuéntame de ti». Era tan preciso en su vida.

IV

En  2012, José Patiño Hurtado dio una entrevista a Carmen Aristegui, conductora entonces de MVS, quien buscaba verificar si la ficha signalética de Isabel Miranda de Wallace, publicada el 14 de abril de ese año por la revista Proceso, era oficial. El hecho cobraba relevancia porque Miranda corría como candidata a la gubernatura de la Ciudad de México por el PAN. Y Patiño confirmó los hechos de aquel día de 1998: “Miranda sí estuvo presa”.

Fue un golpe seco a la imagen mediática de la señora Wallace, quien todavía desafiando en tono de burla al semanario Proceso, mandó imprimir en tamaño poster la fotografía de su ficha policial negando que fuera ella y jugaba con la información sobre su estatura. También dijo que se trataba de una campaña negra. Algunas encuestas sobre preferencias electorales todavía en marzo de ese año de 2012, la sostenía en la segunda posición para los capitalinos, pero después de las declaraciones de Patiño y la amplia difusión de los medios bajó a la tercera posición perdiendo por más de 300 mil votos con respecto al PRI que fue el que subió a la segunda posición.

Patiño recuerda que después de esa entrevista, incluso en la misma noche, recibió una llamada del abogado de Isabel Miranda, Samuel González Ruiz. Fue para amenazarlo.

–A mí no me andes amenazando –respondió Patino a González– Demándame, yo sí me dedico a esto. Y dile a esa señora que conmigo se topa con pared. (…) ¡Te espero donde gustes!

Patiño con el documento que ampara a la periodista contra acoso de PGR. Foto: Los Ángeles Press

V

En noviembre de 2016, José Patiño volvió a cruzarse con el nombre de Isabel Miranda de Wallace. Esta vez, el abogado tramitaba mi amparo y protección de la Justicia federal contra el acoso de autoridades de la Procuraduría General de la República, específicamente contra supuestos agentes ministeriales que pretendían llevarme a declarar a una “subdelegación” por mis reportajes sobre la falsedad del caso Wallace, mientras participaba en un evento universitario de derechos humanos en Baja California. La acción venía presuntamente como consecuencia de la denuncia interpuesta por Isabel Miranda en 2014, de acuerdo a la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDMS/464/2014 contra David Bertet, presidente de la organización de derechos humanos En Vero y contra mi persona.

Ante la viralización de la noticia en las redes sociales lanzada por la directora de La Jornada de Baja California, Mireya Cuéllar, la señora Wallace cuestionó a través de su cuenta de Twitter que por qué tenía miedo en ir a declarar. Que mi negativa había sido un «ardid publicitario» para llamar la atención. Pero Patiño me informó que autoridades de la PGR confirmaron en audiencia judicial que ellos no habían enviado agentes ministeriales a Baja California, y que ya no existía la averiguación previa mencionada, pese a que David Bertet llegó a trasladarse desde Canadá a México para ratificar ante el Ministerio Público su recepción.

Cuando pregunté a Patiño su opinión sobre Miranda respecto a estas agresiones a la prensa respondió con indignación:

–Atacar a libertad de prensa, a los periodistas y a los activistas de derechos humanos que se preocupan por gente que no tienen a nadie quien les ayude, que han sido condenados a la injusticia, es de alguien perverso. Isabel Miranda de Wallace es perversa, es mala en ese sentido. Se ha puesto a hablar que los defensores de derechos humanos son delincuentes, eso es muy grave… Además su arrogancia, su ignorancia, su prepotencia… tiene todo lo negativo de un ser humano.

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El Caso Wallace

José Luis Moya ejerce réplica sobre calumnias de Isabel Miranda lanzadas en El Heraldo de México

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derecho de réplica Jose Luis Moya

Fue testigo protegido en una corte de Chicago en favor de una de las víctimas de Isabel Miranda y presentó indicios de vida de Hugo Alberto Wallace en 2006

Por Guadalupe Lizárraga

José Luis Moya Moya, asesor de Transparencia y combate a la corrupción, ejerció su derecho de réplica en respuesta a las calumnias de la presidente de la asociación civil Alto al Secuestro, Isabel Miranda Torres, quien lo llamó “oportunista” y «extorsionador» en El Heraldo de México, diario que le negó el espacio. Moya fue uno de los testigos que interactuaron con su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda, en 2006, después de la fecha de la supueste muerte.

A través de un documento PDF de 46 páginas, José Luis Moya refirió que la supuesta nota de rescate que enviaron los presuntos plagiarios de su hijo fueron impresas tanto por las entonces Procuraduría General de la República (PGR) como por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). También afirmó que desde 2006, se conocía que el hijo de Isabel Miranda Torres no era descendiente de Enrique Wallace Díaz, y que desde entonces se informó al conductor de Grupo Imagen Ciro Gómez Leyva en su programa en vivo. Sin embargo, la respuesta de Isabel Miranda fue de calumnias y amenazas de cárcel después de acusarlo la primera vez de extorsión.

Entérate: Caso Wallace: Hugo Alberto Wallace, con rastros de vida en México pese a su madre (losangelespress.org)

 

En abril de 2019, la periodista Guadalupe Lizárraga corroboró la versión de José Luis Moya sobre el padre biológico de Hugo Alberto Wallace, el doctor Carlos León Miranda, primo hermano de Isabel Miranda, a quien la periodista presentó en conferencia de prensa, acompañados por la senadora Nestora Salgado.

Leer más: Padre biológico de Hugo Alberto Wallace confirma fabricación del secuestro y triple identidad de su hijo – (losangelespress.org)

 

Moya fue testigo protegido en un juicio en Chicago de una de las víctimas de Isabel Miranda con el se decidiría su extradición a México. Aparte de su testimonio, allí presentó como pruebas copias de correos electrónicos de Hugo Alberto Wallace Miranda y mensajes de texto, así como registro de llamadas.

De la misma manera, recordó que peritos especializados le notificaron que la supuesta muerte de su hijo por los secuestradores no estaba sustentada científicamente, debido a que el sitio donde supuestamente se había cometido el crimen no tenía manchas de sangre que podían haberse encontrado con Luminol ni se hicieron las analíticas forenses para determinar si se había cortado en un diminuto baño un cuerpo con las dimensiones del hijo de Isabel Miranda, tal como lo afirmado ella.

Para José Luis Moya, no hay duda de que Isabel Miranda manipuló la información para fabricar el falso secuestro de su hijo con el apoyo de Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública federal (SSP) en el gobierno de Felipe Calderón y declarado recientemente culpable de narcotráfico en Estados Unidos.

Ante las pruebas que confirman el montaje del falso secuestro de su hijo, aseveró que él sigue pensando que está vivo, debido a que también se ha comprobado que de forma sistemática Isabel Miranda ha sido beneficiada por el gobierno de México, desde el periodo de Vicente Fox hasta la fecha.

 

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El Caso Wallace

Isabel Miranda calumnia en medios a testigos que declararon sobre el falso secuestro de su hijo

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Isabel Miranda El Heraldo

Primero los acusa de extorsión en los medios y, después, con tráfico de influencias en el Ministerio Público, los mete a prisión

Por Guadalupe Lizárraga

Con una serie de calumnias reproducidas por El Heraldo de México, Isabel Miranda Torres hostiga de nuevo a uno de los varios testigos que han declarado sobre la falsedad del secuestro y homicidio de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda. Se trata de José Luis Moya Moya, investigador privado, que reveló llamadas y correos electrónicos de Hugo Alberto en 2006 con fecha posterior a su supuesta muerte.

Moya también emprendió una búsqueda de la supuesta víctima en 2006, al tratarse del amigo más cercano de su expareja sentimental Laura Domínguez, de quien Hugo Alberto era vecino y tenían estrecha convivencia. En la investigación llevada por Moya, dio a conocer las primeras contradicciones de los dichos de Isabel Miranda respecto al supuesto secuestro, así como las incongruencias que revelaban el falso homicidio contado a los medios por la misma madre.

José Luis Moya puso la denuncia en ese entonces en la procuraduría de la Ciudad de México y en la PGR, y su declaración dijo que Hugo Alberto estaba vivo:

“(…) que tengo información que consta que se encuentra con vida Hugo Alberto Wallace Miranda, y según declaración de la señora Isabel, dice que estoy interfiriendo y tengo documentación del secuestro, lo cual es falso, porque no he interferido en su investigación en ningún lado y solicito a esa representación social que acredite con pruebas la señora Wallace y sus testigos cómo he interferido en su investigación y contrariamente a sus falsas imputaciones de extorsión que hizo públicas en televisión y medios de prensa.

Omitió la señora Informar que antes de su denuncia ya nos habíamos presentado voluntariamente a las dos procuradurías y al programa radiofónico de Ciro Gómez Leyva, para ponernos públicamente a disposición de las autoridades competentes para coadyuvar en las indagatorias y tan es así que cuando recibí los primeros mensajes de Hugo Alberto, informe telefónicamente a ambas procuradurías, y personalmente a algunos funcionarios.

Al respecto, declaro que he recibido mensajes telefónicos vía TELCEL, supuestamente de Hugo Wallace, y pedí se confirme la posible autenticidad de los mismos, porque se le hicieron preguntas claves de información que solamente entre él y Laura Domínguez conocían, y es de hacer notar a esta representación social de la federación que antes de tener el contacto supuestamente con Hugo, recibimos información y documentación de un supuesto informante que también nos dijo que Hugo Wallace estaba vivo, y en el teléfono celular 5533337676, Hugo Wallace ha tenido múltiples conversaciones con Laura”.

Laura Domínguez fue una de las personas con las que tuvo comunicación telefónica Hugo Alberto, después de la fecha de su supuesta muerte, además de un encuentro con él en el aeropuerto, llevada por José Luis Moya en su auto. Sin embargo, tanto Domínguez como Moya inmediatamente fueron amenazados de muerte, y acusados falsamente de extorsión .

Incluso las amenazas de Miranda se repitieron cuando José Luis Moya y su excompañera hablaron con Ciro Gómez Leyva en su programa en vivo, para informarle que su hijo no estaba muerto como ella aseguraba.

Leer más: ‘La vida impune. Biografía criminal de Isabel Miranda de Wallace’, el nuevo libro de la periodista Guadalupe Lizárraga (losangelespress.org)

 

Tampoco es la única víctima acusada falsamente por Isabel Miranda. De la misma manera calumnió la madre y a hermana de César Freyre Morales, quienes pasaron año y medio en prisión acusadas también de extorsión, para presionar a Freyre a que se declarara culpable del secuestro del supuesto secuestro de su hijo.

Otra de las falsas acusaciones de Miranda fue en contra de la abogada Ámbar Treviño Pérez, quien llevaba la defensa de César Freyre. Con tráfico de influencias, Miranda logró que le dieran prisión preventiva a Treviño con cargos de falsificación de documentos en mayo de 2010. El Juzgado Tercero de Distrito del Estado de Durango resolvió la exoneración de cargos y le dictó el auto de libertad bajo el Exhorto Número 67/2010 del Juez Decimoquinto de Procesos penales “por falta de elementos para procesar en favor a Ámbar Treviño por los antijurídicos de falsificación de documentos…”.

En la investigación periodística de Guadalupe Lizárraga, El falso caso Wallace y La vida impune. Biografía criminal de Isabel Miranda de Wallace, se evidencian los rastros de vida de Hugo Alberto Wallace, además de las pruebas de tortura, intentos de secuestro, encarcelamientos injustos, y amenazas contra los inculpados y sus familiares por parte de Isabel Miranda y de los agentes de la SIEDO.

 

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El Caso Wallace

Periodista hace precisiones sobre víctimas del caso Wallace a Salvador Leyva, exfuncionario de Defensoría pública

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salvador leyva morelos

 

 

Salvador Leyva Morelos Zaragoza, quien se desempeñó como secretario técnico de Combate a la Tortura Tratos Crueles e Inhumanos del Instituto Federal de Defensoría Pública, hizo pública su renuncia a la nueva titular de ese organismo Taissia Cruz Parcero. Sin embargo, en su referencia a las víctimas del caso Wallace, dice «sentir temor de que la defensa sea vulnerada».

En respuesta, la periodista Guadalupe Lizárraga, autora de El falso caso Wallace, en una carta abierta al exfuncionario público, especifica las situaciones de vulnerabilidad que ya presentaba la defensa de las víctimas durante la gestión de Salvador Leyva como responsable de combatir la tortura desde Defensoría pública.

Aquí la carta abierta

Ciudad de México, a 3 de febrero de 2023

Sr. Salvador Leyva Morelos Zaragoza
Exsecretario Técnico de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos del IFDP

En su renuncia al Instituto Federal de Defensoría Pública presentada con fecha del 2 de febrero de 2023, hago las siguientes precisiones con respecto a las víctimas de la fabricación del caso Wallace, por mi compromiso ético con éstas y por el derecho que México tiene a estar informado, sobre todo cuando ha sido objeto de manipulación mediática y corrupción judicial por casi cuatro sexenios promovida por ustedes mismos, los servidores públicos.

Siendo secretario técnico de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos, adscrito a la Dirección General del IFDP, usted ignoró a las víctimas de tortura relacionadas con este caso: César Freyre Morales, Jacobo Tagle Dobin, Jael Malagón Uscanga, George Khoury Layón, y al abogado defensor de Jacobo, Alejandro Garduño Real, quien sufrió atentados con armas de fuego, además de la tortura psicológica por las amenazas a su familia.

Bajo su gestión, se le negó a César Freyre Morales practicarle el protocolo de Estambul por parte de la institución con el argumento de que ya estaba sentenciado. Incluso el defensor público que lleva el caso de esta víctima dijo tener miedo a represalias por tomar iniciativas en la defensa. Mi trabajo como periodista de investigación llegó a generar la evidencia documental para gestionar ante el Mecanismo Nacional de Prevención de Tortura, adjunto a la CNDH, la aplicación del protocolo de Estambul a César Freyre, y el 1 de agosto de 2022, bajo la dirección del Dr. Emmanuel Santos Narváez, se le entregó el resultado positivo en tortura, siendo una de las víctimas con más eventos de estas violaciones de derechos humanos en las que participó directamente Isabel Miranda Torres, acompañada en 2015 por Renato Sales Heredia, excomisionado nacional de seguridad púbica, esposo de quien ahora es la titular del IFDP.

Usted, su director general y el defensor público de César Freyre ignoraron los resultados de ese protocolo de Estambul, sin darle el debido seguimiento.

Jael Malagón Uscanga, quien fue torturado dentro de la celda en mayo de 2010 y que el ataque le provocó el desprendimiento de la retina del único ojo que tiene, tampoco fue atendido por el IFDP como víctima de tortura en el tiempo de su gestión como secretario técnico, siendo la acusadora Isabel Miranda Torres la que participó directamente en la detención de Jael, a quien también se le ha negado realizar un protocolo de Estambul y aún se encuentra sin sentencia. La defensora pública que lleva el caso de Jael ha expresado a la familia “el pánico que le tiene a Isabel Miranda”, por lo que tampoco ha hecho una defensa correcta.

Jacobo Tagle, como usted bien sabe, con protocolos de Estambul positivos en tortura y sin sentencia, además de la acusación del falso secuestro de Hugo Alberto Wallace, fue acusado del homicidio de Eduardo Bracamontes Salazar, causa 80/2012, perpetrado en 2004. La confesión de Jacobo bajo tortura fue parte de las fabricaciones del exagente de la SIEDO Braulio Robles Zúñiga, con la complicidad de la jueza de la CDMX Hermelinda Silva Meléndez, para sentenciar culpables a George Khoury Layón y a César Freyre Morales.

George Khoury ha sido víctima de cuatro detenciones arbitrarias y tortura ordenadas por Eduardo Cuauhtémoc Margolis Sobol, y ha sido acusado reiteradamente en los medios por Isabel Miranda de ser el autor intelectual del supuesto secuestro de su hijo y de otros crímenes.

Sin embargo, George ha sido absuelto de cinco procesos, y solo tiene la causa mencionada por la corrupción del Juzgado Vigésimo Quinto Penal de la Ciudad de México. La tortura más reciente a George Khoury fue el 12 de junio de 2022, en el Cefereso #17 de Michoacán, y en su traslado arbitrario al Cefereso #12 de Guanajuato, cuatro días antes de su audiencia de preliberación por haber compurgado el 50 por ciento de la condena por el delito que no cometió. La misma acusadora, los mismos torturadores y la misma indiferencia de usted en estos casos en su responsabilidad de combatir la tortura, los tratos crueles e inhumanos en el sistema penitenciario.

Por último, el exdefensor público Alejandro Garduño Real fue despedido injustificadamente del IFDP, después de 20 años de trabajar en el Poder Judicial y de tomar la defensa de Jacobo Tagle en 2019, cuando presenté ante la FGR y al Senado de la República al padre biológico de Hugo Alberto Wallace, quien daba la prueba superveniente con la muestra de ADN, el acta de matrimonio con su prima Isabel Miranda y el de nacimiento de su hijo con sus apellidos. Tras una serie de amenazas y atentados, el abogado Alejandro Garduño fue obligado a pedir refugio político a Estados Unidos, debido a la falta de protección institucional y a las torturas psicológicas por las amenazas a su familia ignoradas bajo su gestión en la secretaría para combatir la tortura.

Por lo anterior, la realidad de las víctimas contradice sus palabras sobre el temor que dice sentir a que la defensa de éstas sea vulnerada, puesto que en su propia gestión -bajo la dirección de Netzaí Sandoval Ballesteros– ya lo era.

Usted mismo fue parte del tráfico de influencias promovido por Ricardo Raphael con Alejandro Gertz Manero, en la FGR, y con el expresidente de la SCJN Arturo Zaldívar. Usted mismo promovió la entrada ilegal de Ricardo Raphael al Cefereso #16, de Morelos, para entrevistar a una de las víctimas, usurpando la función de un servidor púbico y dando armas judiciales y mediáticas a Isabel Miranda Torres para sus ataques.

Desde el IFDP se manipuló la defensa de las víctimas, y se ignoraron mis denuncias por tortura y secuestro en grado tentativo contra Isabel Miranda Torres interpuestas en 2018 y ratificadas en 2019.

No señor Leyva, usted no dice la verdad a México, y es responsable de la defensa vulnerada de miles de víctimas de tortura que fueron ignoradas por su gestión, no solamente el de las ocho víctimas de Isabel Miranda Torres, no seis, por cierto, como usted dice, una imprecisión que demuestra su ignorancia o su manipulación.

Las víctimas y nuestro país merecen la verdad. No los subestime.

Atentamente

Guadalupe Lizárraga
Periodista independiente
Los Ángeles Press

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