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Con voz propia

Carta abierta a López Obrador de un expolicía sobre la Guardia Nacional

El expolicía Tomás Borges, hoy escritor político, escribe al presidente Andrés Manuel López Obrador carta abierta sobre la Guardia Nacional

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Andrés Manuel López Obrador
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

El que suscribe la presente lo hace de una manera particular, apelando a su conciencia y buen corazón.

A pesar de que su triunfo es un hito en la historia contemporánea de nuestra nación, la democracia ”proporciona un marco institucional capaz de permitir las reformas sin violencia, y por consiguiente el uso de la razón en los asuntos políticos” (Karl R. Popper, La Sociedad Abierta y sus Enemigos, Paidós 1992), veo con tristeza como en estos primeros meses de su gobierno, las fuerzas oscuras que el voto ciudadano sacó del gobierno, siguen en su afán de ensombrecer su gestión, pese a la buena voluntad y a la concordia que usted atinadamente ha apelado.

Tal vez la presente misiva no sea leída por Usted, ya que como mandatario las funciones a las que se ve a diario son innumerables y los problemas y desafíos bastantes como para estar leyendo cada misiva que “el pueblo sabio” le manda a Usted, pero es mi deber como ciudadano y como mexicano decirle Sr. Presidente lo que pienso respecto a no continuar con la guerra emprendida por otro mandatario, quien de una manera artera y sin estrategia bien definida, alebrestó el avispero del crimen organizado.

Pericles de Atenas dijo: “si bien sólo unos pocos son capaces de dar origen a una política, todos los ciudadanos somos capaces de juzgarla” y apelando a uno de los baluartes del gobierno democrático universal, le digo a usted señor presidente lo siguiente:

Dé marcha atrás a su proyecto de Guardia Nacional, lo cual sólo traería más violencia, cuando los hechos han demostrado que los cuerpos castrenses y los mandos militares no han sabido a llevar a buen término la embestida contra el crimen organizado.

Recuerde que cuándo usted era candidato y en los recorridos que hizo en campaña en cada mitin y reunión, escuchó a ese pueblo sabio que hoy le pide a gritos el cese de una guerra fratricida, donde los únicos beneficiarios han sido los mandos corruptos, que han minado la credibilidad de las instituciones de tal grado que la antes honorable Policía Federal Preventiva, hoy Policía Federal, sea sólo la sombra de lo que se intentó hacer en el papel, gracias a los malos manejos y que engrosaron de una manera muy obesa a una institución que en sus inicios fue vendida por la panacea.

Tal como lo dije en Diario de un agente encubierto (Temas de Hoy, 2011), vi con sorpresa cómo el área de Terrorismo Internacional fue desmantelada porque entonces se decía que en México no había terrorismo, y ese tema tuvo que salir en la agenda internacional un año después, tras los atentados de septiembre del 2011, haciendo caso omiso el entonces gobierno sobre el peligro que conllevaba la vecindad con la nación más poderosa del orbe y por ende, el objetivo principal de los grupos terroristas englobados bajo la bandera de Al Qaeda.

En ese tiempo, vi como el entonces Comisionado de la Policía Federal Preventiva (PFP), Almirante Wilfrido Robledo Madrid, en parte a su formación castrense, así como a la premura de crear una policía digna para el nuevo milenio, tuvo que llamar a servicio a marinos y militares para conformar la división de las Fuerzas Federales de Apoyo, mismas que siempre tuvieron mandos militares y que paradójicamente la tropa vio cómo algunos de los suyos se volvieron “Militares fifís”.

Cabe señalar que el Almirante y Comisionado no fue el innovador al respecto, sino desde los tiempos de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), se buscó que los militares fueran utilizados para labores de inteligencia policiacas, tomando a un puñado de las fuerzas especiales del ejército, quienes fueron enviados a la frontera, sin supervisión y sin unas tareas específicas, dando origen a los Zetas, quienes en su inicio fueron reclutados por Arturo Martínez Decenas Z1, ex miembro de los Gafes, las boinas verdes nacionales, con los resultados por todos conocidos.

Desde entonces, siempre los militares bajo la premisa de la “Disciplina y el Orden” que según maman en los cuarteles, no han logrado -si ya no erradicar-, controlar el crimen organizado, al grado que dicho fenómeno ya es un problema de “Seguridad Nacional” y no un problema político-militar tal como se quiere solucionar.

Como prueba de lo estéril que es ocupar a militares en tareas civiles, vemos a Pemex, la empresa mostrada como un modelo de corrupción, la seguridad física de la paraestatal estaba en manos de militares, sin que lograran evitar el robo de combustible, tal como al inicio de su mandato usted y sus colaboradores pudieron constatar.

Como en México, las cosas se hacen por decreto y cada seis años se reinventa el país, hoy le digo a usted señor presidente que escuche a este humilde ciudadano que también forma parte de esta nación y que muestra el sentir de muchos que portan o portaron el uniforme policiaco.

Uno de los errores que comúnmente se cometen, es pensar que “Todo cambio social significa, corrupción decadencia o degeneración” (Karl R. Popper, Op. Cit.), creyendo que los que lo critican con denuedo, son los perjudicados de su triunfo, los que costearon campañas de miedo haciéndolo ver a usted “un peligro para México”.

El problema del militarismo en acciones policiacas, es que los militares no saben tratar a la población (dando fe y constancia las recomendaciones hechas por la CNDH), al carecer los elementos de comunicación y sensibilidad con los ciudadanos, creyendo que, con sus armas y uniformes, se ganarán en automático el respeto de una población harta con tantos operativos y simulación.

Para ganar una guerra, hay que arrebatarle las banderas a los adversarios y la bandera de la corrupción que usted enarboló en campaña, es una bandera que la oposición busca arrebatarle, magnificando los errores de algunos integrantes de su gabinete, al mostrarlos como opacos y carentes de la austeridad republicana que usted pregona y manchados por el tufo de la corrupción.

Cabe destacar que la popularidad que hoy goza y el capital político que ésta le da, no puede ser dilapidado. Usted no tiene porqué convencer a sus detractores, deje que los hechos hablen, ni tampoco creer todo lo que sus seguidores le dicen, ya que uno de los errores que se cometen en el liderazgo, es estar rodeado de un grupo de incondicionales que, para no contrariarlo, aplauden como focas cualquier ocurrencia por más nimia que ésta sea.

Para finalizar señor presidente, si en verdad son patriotas los militares que le endulzaron los oídos con la Guardia Nacional de ponerla bajo mando militar, ¿Por qué no modificar la Constitución para que el próximo secretario de la Defensa sea un civil tal como sucede en España? Le aseguro que el sólo pensarlo, hará que estos patriotas de uniforme, se sientan vejados y comiencen a decir que la mística y el honor con el que cuentan, se ganan en las academias militares y que los civiles no seriamos dignos de comandar una unidad, argumento similar al esgrimido por muchos que fuimos uniformados que dice; “conozco muchos militares que quieren ser policías, pero a ningún policía que quiera ser militar”.

En espera de que Usted y su bancada que son mayoría, den un paso de costado, si no a su proyecto de Guardia Nacional, sí al designar un mando de extracción militar, además de que se le dé a la PF y a las instituciones civiles encargadas de la seguridad, las funciones que por ley le confieren.

Respetuosamente

Tomás Borges
Expolicía y escritor político

PD: Más vale decir lo que se piensa, que callar por apariencia.

Fotografia: Página de Facebook Guardia Nacional Mx

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Con voz propia

La desinformación, la gran estafa de la opinión publicada

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«Argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder»: analista

Por Alberto Vila

Cada vez se presta más atención al fenómeno de la desinformación qué opera como una gran manipulación de conductas políticas, sociales y económicas, de grandes colectivos sociales. El uso del falseamiento de informes, la proliferación de las mentiras intencionadas para favorecer a los intereses de los propietarios de los medios, son la expresión frecuente desinformativa. La desinformación sobre la guerra de Ucrania es un caso de censura informativa en el espacio OTAN.

Estas conclusiones sobre la desinformación partieron de los datos de un informe que la Universidad de Princeton publicó recientemente y que detectó que los adultos mayores tienen más probabilidades de compartir noticias falsas. En ese estudio los investigadores estadounidenses identificaron el aumento de usuarios hombres y mujeres de más de 65 años en Facebook y concluyeron que en esa red social los usuarios de mayor edad compartieron más del doble de artículos de noticias falsas que el grupo de edad más próximo, los de 45 a 65 años, y casi siete veces más que el grupo de edad más joven, de 18 a 29 años.

El efecto que tiene la información falsa sobre las empresas y la economía en general es enorme. Las audiencias tienden a ser receptivas a las noticias falsas. El control hegemónico de los grupos mediáticos facilita tal situación. Inclusive esos medios dicen actuar de fact-checking, de la información publicada. En cualquier caso, se verifica poco quién las fabrica y con qué motivos. Cómo combatir actualmente la desinformación, es la batalla que se libra en el mercado de los mensajes difundidos.

Sin razón aparente, el 29 de marzo de 2018, las acciones de Amazon bajaron un 5%, lo que equivale a la pérdida de 60.000 millones de dólares en valoración. Pero siempre existe un motivo para que una cotización baje tan repentinamente. Puede ser, simplemente, una percepción o una realidad, pero cuando hay un descenso de esta magnitud, significa que el mercado espera “algo”, y, en este caso, era una acción del Gobierno Federal Americano en contra de la compañía. El presidente Trump había usado su medio de comunicación preferido, Twitter, para quejarse de que Amazon no pagaba impuestos estatales ni locales, usaba el servicio de correos como su “chico de los recados”, causándole grandes pérdidas, y, además, era responsable de la quiebra de miles de comercios. Sin haberlo dicho explícitamente, el mercado de valores esperaba que la administración Trump actuara en contra de la empresa.

En Argentina, un grupo de investigadores, de Proyecto Desconfío y del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad (MESO), que trabaja para combatir el impacto de la desinformación en medios y redes sociales detectó que los adultos mayores de 60 años son los más afectados por las campañas de noticias falsas que circulan a través de WhatsApp. El consumo de mensajes engañosos y el desconocimiento de recursos para poder detectarlos motivó un estudio de campo con el fin de alertar sobre las consecuencias de la desinformación en esta población adulta y a aportar herramientas para poder combatirla.

En sus orígenes, la verificación de hechos era un proceso interno de los medios de comunicación que consistía en la revisión de los datos y los hechos de una noticia antes de su publicación. Los actores encargados de verificar eran los periodistas, que tenían que salir al exterior a buscar la noticia y tenían las herramientas y los conocimientos para identificar información falsa o engañosa. El paradigma cambia radicalmente con la llegada de internet. Este nuevo canal amplía el acceso a la información y permite al usuario generar y difundir sus propios contenidos, lo que abre las puertas a la infoxicación. El exceso de información y la llegada de múltiples canales por dónde difundirla, como son las redes sociales y la mensajería instantánea, entre otros, provoca una crisis de confianza hacia los periodistas, que redefine el ejercicio del fact-checking.

La infoxicación y los múltiples canales de difusión hacen que los periodistas no lleguen a todo. Los fact checkers actúan de manera reactiva desmintiendo hechos e información que ya circula en internet, pero nunca opiniones personales. Así pues, el fact-checking, tal como lo entendemos hoy, es un producto de la era digital. En 1994 nace en Estados Unidos Snopes, la primera plataforma de verificaciones en línea que aparece con el objetivo de validar y desmentir mitos, rumores y leyendas urbanas que circulaban por internet. La evolución de las falsedades en medios no ha hecho más que agravarse.

España es el escenario de imperios mediáticos que, a cualquier precio, sostienen el relato oficial de una monarquía directa heredera del franquismo. Para eso, argumentando el bien común, nos someten a la desinformación más conveniente al poder. Aquí, la tarea de los fact-checkers o verificadores es esencial en la era del exceso informativo y las redes sociales, pero para que la misión de acabar con la información falsa se cumpla, es necesario que cualquier ciudadano, alfabetizado digitalmente, sepa identificar este tipo de contenidos sin caer en falsedades o engaños.

***

El autor es economista  y analista político, experto en comunicación institucional.

Este artículo se publicó originalmente en elobrero.es

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Con voz propia

El Tren Maya, la ceguera de la ambición: Obispo Raúl Vera

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Raul Vera obispo

Raúl Vera, fraile dominico y obispo emérito de Saltillo, reflexiona en este texto sobre su experiencia como jurado del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza que condenó la construcción del Tren Maya durante la sesión del 9 al 12 de marzo de 2023 y de cuya sentencia dimos cuenta en Los Ángeles Press, el 13 de marzo.

La ceguera de la ambición: El Tren Maya

La Iglesia nos presenta el capítulo 9 del Evangelio de San Juan para este cuarto Domingo de Cuaresma, cuyo tema es la curación de un ciego de nacimiento.

Cuando van pasando frente a ese ciego de nacimiento, los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿Quién pecó, éste o sus padres? Ello para saber por qué estaba ciego. A lo que Jesús les dijo que ni él ni sus padres, sino que es así para que se cumpla la obra de Dios.

“Jesús escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)». Él fue, se lavó, y volvió con vista (Jn.9,6-7). La gente preguntaba si era el ciego que se sentaba a pedir en la plaza, a lo que él respondía: «Soy yo». Y cuando le preguntaban qué había pasado, él explicaba lo que había sucedido, afirmando: «Jesús es un profeta». Por ello, porque él decía la verdad y porque los fariseos no querían reconocerlo, los fariseos lo expulsaron del lugar, quitándole con ello la protección y atención.

Quisiera reflexionar con ustedes este Evangelio junto a la experiencia que acabo de tener desde el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, celebrado del 9 al 12 de marzo pasado en algunos de los estados por donde atravesará el megaproyecto del llamado Tren Maya. Ahí tuvimos la oportunidad de escuchar testimonios de las personas que nos dijeron de manera contundente todos los daños que están haciendo a toda la naturaleza y cómo están dañando la vida de ellas y ellos, así como a la cultura maya. Ahí vimos la ceguera del gobierno federal.

El obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera y Mina Morsán, al visitar las áreas afectadas por la construcción del Tren Maya el 13 de marzo de 2023.

Vimos la ceguera de los encargados de construir este tren, los militares. Vimos la ceguera de quienes están alterando el sistema ecológico y la vida de nuestros hermanos maya. Eso es un ecocidio y un etnocidio y sólo lo pueden hacer personas que no ven, que no tienen la mirada para reconocer la riqueza cultural que el mundo maya tiene, ni el destrozo terrible de la selva, la destrucción de los cenotes, depósitos de agua dulce y casa para una gran cantidad de fauna de la región. ¿Cómo es posible que estén con los ojos cerrados? ¿Cómo es posible que sólo tengan una visión económica y de negocio? Hemos visto la ceguera de la ambición de parte de quienes están conduciendo la construcción de ese tren.

Les doy un abrazo,

Fr. Raúl Vera López, O.P.
Obispo Emérito de Saltillo

Lecturas del domingo 19 de marzo del 2023, Cuarto Domingo de Cuaresma:

1Sam.16,1b.6-7.10-13a;

Sal.22,1-3a.3b-4.5.6;

Ef.5,8-14;

Jn.9,1.6-9.13-17.34-38.

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Con voz propia

México: Unidad perdida, agresión y difamación

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TRAS BAMBALINAS

Por Jorge Octavio Ochoa

A menos de 48 horas de haberse conmemorado el día internacional de la mujer, el presidente de México arremetió verbalmente, el viernes 10 de marzo de 2023, contra la reportera Nayeli Roldán, de Animal Político.

La difamó. La señaló como parte de una prensa corrupta y rechazó la comparecencia del director del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez Zapata. “Es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada, al servicio de los corruptos”, le dijo.

Así, sin hacer distingos, en una más de sus generalizaciones, sumó a la reportera a ese grupo de la corrupción, ¿Por qué les vamos a hacer el caldo gordo a ustedes?, remató en ese episodio, que dejó patente un inconmensurable abuso de poder.

Sin embargo, los mexicanos, acostumbrados a normalizar la violencia, simplemente reprocharon lo sucedido, expresaron solidaridad, pero hasta el momento no hay un sólo intento por emprender una acción legal por ese suceso.

Por lo menos, exigir al mandatario una disculpa pública tras lo dicho a una periodista que, con una gran madurez y altura, solo dejó el expediente sobre el uso de Pegasus por el Ejército contra luchadores sociales y le agradeció el espacio.

Como ha ocurrido con otros abusos en estos últimos dos años, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha guardado un pesado silencio. Lo más triste es que no parece haber institución alguna que detone un procedimiento de censura por agresión verbal y difamación.

Lo ocurrido en Palacio Nacional el viernes 10 de marzo es un hecho gravísimo, nunca visto, que echa por tierra la afirmación presidencial de que el suyo ha sido el régimen más feminista de toda la historia de México.

El 8 de marzo, en México, fue el Día del Macho Alfa. Un pequeño grupo de mujeres, reunidas en Palacio, protegidas por enormes vallas de acero, mientras afuera, más de 100 mil mujeres se arremolinaban para pedir justicia, sororidad y respeto.

A un costado del Palacio, en la Suprema Corte, otra mujer protagonizó uno de los episodios más grotescos que se han visto. Disfrazada con toga, birrete y ametralladora de juguete, le mentó la madre a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández. Agresión de mujer a mujer. Ha cundido el mal ejemplo, las malas conductas. Los agravios e insultos aumentan. El presidente de la República debiera ser el más preocupado y comprometido en atacar este fenómeno. Pero, increíblemente, lo provoca, lo incita, lo alimenta y envía a sus huestes a agredir, incluso dentro de la Cámara de Diputados, a través de transgéneros que amedrentan mujeres.

No hay término legal que dimensione, en su real magnitud, lo ocurrido este 10 de marzo en Palacio Nacional. En medio de una crisis de feminicidios, el mandatario bañó de oprobio, infundios y descalificaciones sin pruebas a una reportera.

No, él no mató a nadie, pero sí a su proyecto de Nación. Un hombre así no merece respeto, mucho menos apoyo. Lo más triste es que la propia sociedad ha dejado pasar este incidente.

Para los medios nacionales como El Universal, Excelsior y La Jornada, ni siquiera mereció primera plana el sábado 11 de marzo. Otros, se fueron por la cabeza de que el nuevo régimen no espía, ahora es “inteligencia”.

Sí, periodísticamente eso es importante, pero jurídicamente esta agresión debe quedar plasmada, con posibilidades de sentar jurisprudencia, pues no sólo arremetió contra la prensa.

Nayeli Roldán. Fotografía publicada en su cronología de Twitter (@nayaroldan).

Él arremetió, desde la cúspide del poder, contra una mujer y ese es un acto doblemente cobarde. Hay un infundio, pues insultó y difamó sin pruebas. Eso jurídicamente se debe esclarecer.

Pero eso sí, ahora el presidente ha iniciado una campaña patriotera, para “defendernos de las acechanzas de Estados Unidos” que, según él, quieren intervenir militarmente a nuestro país.

Ahora sí quiere esa unidad a la que nunca ha convocado, porque llama “aspiracionista” y “fifís” a una clase media, “totalmente Palacio”, que únicamente quiere mejores niveles de vida y de disfrute.

El próximo 18 de marzo, de eso versará el discurso. Su concentración en el Zócalo de la gesta petrolera hablará del intervencionismo yanqui. Lloverán los insultos, pancartas. Renacerá el chauvinismo.

Está tentado a iniciar ese juego, pero antes tendrá que explicar varias cosas, como el arribo de “médicos” cubanos y militares venezolanos, aparejado con el anuncio de una reforma al artículo 33 de la Constitución.

¿Ahora ellos podrán, no sólo opinar, sino actuar libremente en el país? Mala apuesta, porque de igual manera los estadunidenses pretenderán inmiscuirse en nuestros asuntos electorales, así como AMLO lo hace ahora con los republicanos.

Se quiere empujar una penetración ideológica a través de dos proyectos fracasados. Los gobiernos de Cuba y Venezuela no son ejemplo de nada y lo más curioso es que todos los migrantes quieren irse, precisamente, a los Estados Unidos.

Por todo esto, llama la atención la convocatoria de una marcha de militares, este domingo 12 de marzo. Concurrida o desairada, el hecho concreto es que ya hay malestar también en ese sector.

Exigen respeto y posibilidad de defenderse del crimen organizado. Justo cuando hay cinco jóvenes acribillados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y cuando el nuevo gobernador de ese estado se ve señalado por complicidad.

En las redes sociales se dice que Américo Villarreal protege a una parte de los cárteles criminales y de ahí la increíble “disculpa” del Cártel del Golfo”, que entregó a cinco de los suyos, bajo la promesa de que “no volverá a ocurrir”.

¿Quién gobierna entonces? ¿Quién manda? Resulta sospechoso. Más aún porque en el caso de los estadounidenses secuestrados hubo una pronta acción, pero ahora el FBI revela que hay otros secuestros de los que no se ha dicho cosa alguna. Desde febrero pasado, tres mexicanas que viven en Estados Unidos, desaparecieron después de que cruzaron la frontera para vender ropa en un mercado de pulgas, según versiones dadas a conocer al otro lado del Bravo. En este caso no hay disculpa, ni información.

El fracaso es evidente. Por donde se le quiera ver, la lucha contra el narcotráfico no sólo tiene un saldo de 144 mil muertes violentas. Tiene al Estado mexicano contra la pared, profundamente penetrado.

En estos momentos, el presidente convoca a la unidad de los mexicanos para oponerse a las presiones de Estados Unidos, pero la respuesta es evidente: no sólo hay escepticismo; hay también un gran desprecio y polarización.

Las ofensas y la difamación que han salido de Palacio Nacional han sido muchas y escalonadas. A eso debemos añadir, auténticas campañas de propaganda, de desinformación, respecto a la verdadera intención para despedazar al Instituto Nacional Electoral.

El régimen de Morena gasta más en salarios para Servidores de la Nación, que en apoyos sociales a ciudadanos con becas y pensiones. Es evidente que el objetivo, es la compra de conciencias y votos.

La estructura con que los mueven, semeja más células de propaganda que la de una auténtica burocracia que cumple un trabajo de apoyo social. Invaden colonias y barrios para impulsar, también, propuestas como la revocación de mandato.

¿A eso llegaron los militares cubanos y venezolanos? Por ese patrioterismo exaltado ahora se enfrenta a sus propios demonios. ¿Qué impedirá que los gringos no traten de intervenir también? No hay rumbo, ni estrategia.

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